Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
7 de junio, 2017
•Dia de la libertad de expresión
Para quienes han pertenecido al gremio periodístico por varios lustros, sobre todo editores y directores de medios, seguramente recordaron, quizá algunos extrañaron, los eventos que con motivo del denominado “Dia de la libertad de expresíon” se realizaban precisamente el día siete de junio.
Dependiendo del nivel, acceso o importancia, los editores concurrían en México a una reunión con el presidente de la República, gobernador o alcalde respectivo para llevar participar en una ceremonia en la que se “reconocía” el respeto de la autoriad constituida hacia los medios informativos.
Estos actos, instituidos en el año de 1951 durante el periodo presidencial de Miguel Alemán Valdés, eran en su inicio un encuentro de los editores con la autoridad, pero con el transcurrir del tiempo se hizo extensivo al personal de los medios.
Desde hace ya algunos años esta práctica ha quedado marginada en el olvido, salvo algunas muy escasas excepciones. No obstante, el sentido profesional y las convicciones de los informadores dan lugar a que llevan a cabo actividades relacionadas con el tema de la libre expresión.
Consideramos innecesario aclarar que el origen e intención de la celebración aludida es diferente al Día del Periodista, que se celebra, o debe de celebrarse, el cuatro de enero.
Damos por hecho que algunos de los integrantes de la filas del periodismo con varios lustros en el oficio, como quien esto escribe, guardan en su memoria esa celebración que hoy forma parte del recuerdo, cuando menos en el formato en que se realizaba en conjunto con la autoridad.
Lo que no se olvida, desde luego, es la misión que tienen los profesionales de la información en el diario cumplimiento de su trabajo, pese a que nuevos obstáculos han impedido su libre ejercicio y, desafortunadamente, ha sido calificada esta actividad como de alto riesgo en México, sobre todo para aquellos que se especializan en el periodismo de investigación.
No necesitamos, desde luego, una razón especial para hacer llegar un fraternal saludo a todos los compañeros del gremio periodístico que ejercen con verticalidad, dedicación y profesionalismo su importante misión, no siempre debidamente valorada.
EL CONFLICTO QUE CRECE
En temas menos amables, las elecciones del pasado domingo, que en el atardecer de ese día se vislumbraban, indepedientemente de los resultados, con un final que sería aceptado por todos los contendientes, han dado paso al conflicto que, todo lo indica, se irá agravando con el paso de los días.
En un inicio parecía que solamente Coahuila confrontaría una protesta más que justificada por la forma burda en que se impidió que se conocieran las cifras que reflejaran el total de votos emitidos por cada uno de los partidos contendientes que, consecuentemente, permitirían conocer quien fue el ganador de la contienda.
La maniobra orquestada aparentemente por el gobierno de Rubén Moreira para que no se conozca la cantidad de votos realmente recibidos en más de mil casillas ha provocado una alianza de los candidatos opositores al del PRI, creando un frente entre el Partido Acción Nacional, Morena, Movimiento Ciudadano e indepedientes que demandan claridad en el proceso electoral.
En el caso del estado de México, si bien se esperaba que Morena o, mejor dicho, su presidente, Andrés Manuel López Obrador, se inconformaran con el resultado en caso de no favorcer a la candidata Delfina Gómez, van surgiendo indicios de que en ese estado no solamene se hizo uso de todos los recursos oficiales para favorecer al candidato Alfredo del Mazo del PRI induciendo a los electores a favorecerlo con su voto, sino que se hicieron maniobras con las actas de cada una de las casillas de ciertas regiones del estado de México.
De esto aparentemente se cuenta con una serie de evidencias que serán exhibidas y, por supuesto, se utilizarán para demostrar lo que López Obrador califica como fraude.
Esto apenas comienza