Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
19 de diciembre, 2016
Si bien no ha terminado el año cronológicamente hablando, no hace falta que concluya para ver que el saldo en aparentes sorpresas en las decisiones electorales en el mundo, sin excluir a México, han llevado de un asombro a otro.
La que acaparó sin duda mayormente la atención fue la de los Estados Unidos. Basta con saber que los debates entre Hillary Clinton, por el Partido Demócrata y Donald Trump, por el Republicano, que normalmente eran ignorados o merecían poca atención, fuera de la Unión Americana lograron captar el interés mundial por las repercusiones y perfiles de los contendientes.
Se rompió el récord de televidentes que siguieron el debate, que totalizaron alrededor de 84 millones, sin contar los que lo presenciaron a través de diversos medios digitales, en vivo o diferidos.
Pero las sorpresas a que nos referimos derivan de que existiendo encuestas que daban como ganadora a Clinton, o bien un cerrado triunfo, sin entrar en detalles por ahora de las mismas, los resultados favorecieron al magnate Trump, una candidatura que en su inicio se consideró como un desplante exhibicionista y vanidoso del acaudalado personaje que ni siquiera era miembro del partido que finalmente lo postuló.
Pero en términos de sorpresas también podemos citar lo ocurrido con el Brexit, nombre con el que se conoce la propuesta de salida del Reino Unido de la Unión Europea que, también, en un principio se consideró improbable y que terminó dando un resultado tan conocido como no esperado por muchos.
Ocurrió asimismo en Colombia, donde en una elección se rechazó el referendo de los acuerdos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno que preside Juan Manuel Santos. El resultado concluyó con una negativa del voto popular que no se hubiera imaginado Santos.
En México se dio una situación especial en la que, como nunca, también contra los pronósticos basados en encuestas, el Partido Acción Nacional (PAN) logró ganar siete de las 12 gubernaturas que estaban en juego el cinco de junio.
Particularmente en el caso de Tamaulipas, donde un candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Baltazar Hinojosa, que inició campaña bajo los mejores augurios y pronósticos, fue derrotado, por no decir demolido, por el candidato del PAN, Francisco García Cabeza de Vaca, quien fue el único de los aspirantes a gobernador de la jornada de junio que superó el 50 por ciento de la votación. En esa elección las encuestas no se acercaron siquiera al resultado final.
Pero para mayor abundancia sobre pronósticos fallidos, las encuestas de salida de los comicios tamaulipecos fueron dadas tardíamente sin reflejar el resultado final y real.
Para quienes nos gusta observar las participaciones políticas y procesos electorales, nos resulta desconcertante que se den como un hecho resultados de elecciones con base en encuestas, que a la postre, son desvirtuadas al darse a conocer los números finales.
Desde luego, no se puede caer en el escepticismo sobre las encuestas y simplemente rechazarlas como algo inútil en el campo de la actividad política.
Tampoco se puede negar que se manipulan predicciones más que con estudios serios y profesionales estadísticos, con improvisaciones y, lo peor, con la manipulación de supuestas preferencias electorales por supuestas empresas, que sólo crean confusión, pero que buscan perversamente aparentar ante la opinión pública la ventaja que supuestamente tiene algún candidato.
A contraparte, desde luego que hay estudiosos de la materia que advierten sobre el riesgo que implica en movimientos sociales y políticos dar como un hecho que los resultados de una encuesta, sobre todo política, serán fatalmente ciertos.
Nuevos elementos en las relaciones y la interacción comunitaria y social, además de los grandes cambios en las formas de comunicación, pueden ser factores para que las encuestas no reflejen la real preferencia de candidatos, pero eso a estas alturas debe ser ya tema de investigación de los profesionales de la ciencia estadística.
Por lo pronto, no demos por hecho, particularmente en México, que quienes hoy parece que serán las cartas fuertes en el 2018, con el transcurso de los meses se diluyan y pierdan la supuesta actual