Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
5 de julio, 2016
Este martes se cumplió un mes de que los electores de Tamaulipas le dieron un giro político inimaginable hasta hace poco al destino de la entidad. A estas alturas el impacto parece que no ha logrado ser completamente asimilado, por decirlo de forma amable, por los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se encuentra en una encrucijada sin precedente.
Por una parte tiene que recuperarse del golpe recibido, el que si bien los despoja del poder político y gubernamental a nivel estado y en las principales ciudades a partir del primer día del mes de octubre, no dejan de ser integrantes del mismo partido que gobierna en el país.
La mala noticia es que el gobierno nacional que encabeza Enrique Peña Nieto está confrontando situaciones verdaderamente críticas en varias regiones del país.
Por otra parte, el encontrar a la persona adecuada para que encabece las huestes priístas en tiempos de adversidad no parece fácil. Además de la escasez de candidatos que tengan el perfil correcto para el momento presente, también tiene que contar con las suficientes conexiones en las más altas esferas gubernamentales priístas y, desde luego, de las del Comité Ejecutivo Nacional del Partido que, por si fuera poco, se encuentra en este momento sin dirigente nacional, quien renunció tras la estrepitosa derrota en varios estados en la pasada elección del cinco de junio, donde el Partido Acción Nacional (PAN), en alianza en algunos casos con otros institutos políticos, le arrebató siete gubernaturas.
Pero el panorama no se ve halagador para el PRI, ni para el “Primer priísta del país”, Peña Nieto. De acuerdo con datos de una encuesta de la empresa Saba Consultores, dirigida por Salvador Borrego, el presidente registra una aprobación pública del 19.1 por ciento, que además de registrar una tendencia a la baja, marca ya un valor mínimo récord.
Las noticias que se producen a diario, por otra parte, lejos de mejorar la perspectiva de aceptación gubernamental, dan cada día nuevas causas para que la opinión pública la vea con mucha preocupación.
Lo último, cuando menos hasta el momento de redactar estas líneas, es el incremento de las tarifas de la electricidad para varios sectores de la población, precedidos por el incremento en el precio de la gasolina, que operan directamente en detrimento de la economía doméstica y de la comercial.
En fin, que dentro de todo este contexto es que tarde o temprano en Tamaulipas se tendrá que tomar una decisión que permita renovar los cuadros dirigentes priístas cuya estancia ya es considerada en este momento por propios y extraños más que innecesaria.
La solución no es fácil al problema que confronta el PRI en Tamaulipas. El partido se encuentra ante una de las más duras pruebas a lo largo de su historia a nivel estatal, algo que nunca, casi seguro, pensaron que tendrían que confrontar: Ser oposición donde fueron partido en el poder.
El lunes anterior, en el programa “Reporteros en la mesa” en el que esto escribe participa junto con Martha Isabel Alvarado, Alberto Guerra Salazar, Heriberto Deándar Robinson y Luis Alonso Vázquez el tema formó parte de la agenda y de entre los nombres de personalidades que podría asumir la dirigencia estatal en algún momento, el perfil del diputado Aljandro Guevara Cobos se vislumbró como el de quien podría ser la solución para el especial momento que se vive en el PRI tamaulipeco.
Sin embargo las definiciones que se den en el Comité ejecutivo Nacional de ese partido darán más certeza sobre la designacieon del nuevo líder tricolor.