Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
27 de junio, 2016
Durante los últimos días se ha dado y, seguramente, por muchos más, una amplia difusión a las noticias provenientes de Europa con motivo de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La decisión de ese país, si bien podrá producir algún efecto en la cotización del peso, tiene una similitud con lo ocurrido en Tamaulipas en las últimas elecciones.
Un sector importante de la ciudadanía del Reino Unido, sobre todo la conservadora y de mayor edad, estuvo en un momento dado en desacuerdo con la forma en que se conducía el país y si bien hay un importante sector que no está de acuerdo con la decisión adoptada en la histórica elección llevada a cabo la semana pasada, las consecuencias parecen irreversibles y es un ejemplo más de lo que se está dando en el mundo como muestras de situaciones que son consideradas como insoportables.
En México recientemente se denominó a ese sentimiento de la ciudadanía “humor social” adverso. Rechazo a la forma en que se conducen las autoridades creando inconformidad popular, por decirlo de otra forma.
En Tamaulipas ocurrió algo que ejemplifica plenamente este tipo de reacciones sociales.
El cinco de junio la ciudadanía tuvo oportunidad de convertir su desaprobación a la situación de inseguridad y violencia en decisión política y, así, optó por votar mayoritariamente por quien jamás lo había hecho a nivel estado.
Así optó por favorecer a Francisco García Cabeza de Vaca, postulado por el Partido Acción Nacional (PAN), como su próximo gobernador que habrá de tomar posesión el primero de octubre, junto con los nuevos alcaldes del estado.
Si bien el PAN logró ganar siete gubernaturas, en ninguna de ellas logró una votación tan apabullante como en Tamaulipas. Aquí recibió el 51.1 por ciento de los votos. Cierto, en Veracruz logró exactamente el 50 por ciento, pero eso se obtuvo en una alianza con el Partido de la Revolución Democrática. Ninguno de los estados en la reciente elección registró un triunfo que excediera al cincuenta por ciento de los votos computados.
Un factor que no puede dejar de considerarse en el caso concreto de Tamaulipas es que, si bien los partidos dominantes, PRI y PAN, tienen una veta de votos cautivos, voto duro como suele decirse, la decisión electoral fue tomada precisamente por quienes no forman parte de esos firmes bloques de partidarios, electores no alineados.
Así es que quien crea que el voto es para siempre está equivocado. El nuevo gobierno llega con un gran apoyo pero también con un gran compromiso.
LA RECONSTRUCCION
A partir del lunes, el derrotado candidato a gobernador del PRI, Baltazar Hinojosa, inicia un recorrido, de acuerdo con información de su partido, por algunas de las ciudades de Tamaulipas para agradecer personalmente el apoyo que se le brindó en el pasado proceso electoral. Más de medio millón de ciudadanos le brindaron su respaldo.
Sin duda eso marcará un intento por reconstruir la estructura partidista y prepararse para futuras contiendas. El 2018 está cada vez más cerca.
La situación será muy diferente a como fue en el pasado. Por primera vez no habrá un primer priísta del estado, como suele llamarse al gobernador de la entidad surgido de ese partido político. Pero sí continuará habiendo un primer priista del país, el presidente de la República, emanado del PRI, después de dos sexenios panistas.
¿Cómo van a lograr constituir un partido vigoroso en la entidad?
Seguramente, para principiar, con nuevos líderes.
Los actuales ya no encajan en las nuevas condiciones.