Miguel Manzur y los actores que le rodean

Alejandro Salas

4 de mayo, 2010

Producto de los acuerdos copulares, como cualquier candidato a alcalde de este país, el abanderado del Partido Revolucionario Institucional que busca la Presidencia Municipal de Tampico, Miguel Manzur, tiene desde ahora apoyo, pero sobre todo compromisos con los actores políticos, los empresarios y los líderes de agrupaciones que lo impulsan. Para muchos la juventud del empresario y su reputación son factores a favor, aunque su principal adversaria es una mujer de experiencia y al igual que él, con una carrera limpia. Sin embargo, en esta aventura que está jugando, naturalmente que el diputado local con licencia está rodeado de personas, grupos y factores que al final del camino serán puestos en la balanza para arrojar un veredicto. De entrada, la figura del empresario hotelero Álvaro Garza, suegro del abanderado del PRI tiene un peso específico en la venta del candidato. Es obvio que el ex alcalde tampiqueño por su familiaridad con el candidato, está más que comprometido con su proyecto. Habrá que ver si a cambio de esto exige posiciones desde la planilla para el cabildo hasta la integración del gabinete. Otro personaje que está inserto en la campaña de Manzur es el dirigente estatal del partido, Ricardo Gamundi, quien desde un principio acordó junto con el primer priista del estado las candidaturas a los puestos de elección popular de la entidad, en juego el próximo 4 de julio. Otra figura que está dentro del equipo de Miguel es sin duda el alcalde Óscar Pérez Inguanzo, primer priista en el puerto cuyo impulso al candidato, desde su posición partidista y como gobernante será un factor trascendental. En la lista de actores que giran en rededor del candidato destaca también la figura del ex alcalde Fernando Azcárraga. Las cuatro fortalezas que rodean ahora la candidatura del candidato del PRI podrían también transformarse en debilidades si en lugar de sumar y proponer bajo la premisa del consenso, incurren en las burdas imposiciones. Esto está por verse, por que el equipo tricolor que irá a la batalla apenas se está conformando, mientras los grupos ya ejercen sus respectivas presiones.