Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
24 de junio, 2010
El espionaje es tan antiguo como los pueblos y los estados. En aras de su propia seguridad, civilizaciones como la griega y la romana lo practicaban como una herramienta vital para su seguridad. Para evitar las invasiones o para saber cómo actuar en caso de que éstas se presentaran, egipcios, persas y romanos, entre otros, utilizaban esto del espionaje. En las guerras no ha sido la excepción, hombres y sobre todo mujeres, han hecho del espionaje todo un arte para los intereses de determinados jefes o estados. En nuestro país el espionaje, naturalmente, no es de ahora. Luego del México bárbaro, de caudillos, de la postrevolución, el Estado tuvo que diseñar y adoptar sistemas de espionajes, mismos que prevalecen hasta hoy en día mediante el funcionamiento del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). Por obvias razones, los gobiernos priistas, concretamente la gente del círculo de la Secretaría de Gobernación y los estrategas, hicieron uso de la herramienta para la seguridad estatal durante 70 años y los últimos 10 lo han hecho los panistas. El CISEN es un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado Mexicano cuyo propósito es generar inteligencia estratégica, táctica y operativa que permita preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, dar sustento a la gobernabilidad y fortalecer al Estado de Derecho. El papel del CISEN consiste en alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención y neutralización de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía, al orden constitucional, las libertades e instituciones democráticas de los mexicanos, así como el desarrollo económico, social y político del país. Es obvio que el CICEN no es para atacar a los opositores del Gobierno. Pero en la realidad, empleados de gobierno de ambos colores han hecho y están haciendo mal uso de las herramientas estatales al espiar políticos. Sin embargo, en todo esto, tanto delinque el que espía como aquel espiado que demuestra, más allá de falta de ética y moral, desviar recursos a campañas. Pero las campañas en México son guerras, donde muchos se atascan, porque …hay mucho lodo.