Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
1 de abril, 2015
Una conversación reciente con amigos de los medios en la que recordamos algunas etapas de nuestra actividad en esta área, que un día llevó a quien esto escribe a participar en un medio en español pero en Texas, nos condujo a la reflexión sobre los imprevistos caminos que el destino nos depara y a las nuevas formas de difundir las noticias.
Si bien nunca hemos dejado de estar conectados con México y particularmente con Tamaulipas y Reynosa, hemos sido testigos de la evolución que han tenido los llamados medios de comunicación en español en la Unión Americana.
Las circunstancias actuales son diferentes a las de hace algunos años, sobre todo por el impacto que la tecnología ha tenido en el campo de la información.
Participamos en los inicios de un medio informativo dentro de una comunidad hispana que gradualmente iba adquiriendo mucha mayor relevancia. Lo prueba el establecimiento de nuevos órganos noticiosos y el surgimiento o expansión de la televisión en español y nuevas radiodifusoras que fueron encontrando las condiciones comerciales y de audiencia para su florecimiento.
La importancia creciente de la población hispana, no sólo en Texas, sino en toda la nación estadounidense es indiscutible. Las más elementales cifras así lo muestran.
Cuando comenzamos a incursionar con los lectores texanos, la población hispana representaba alrededor de un diez por ciento del total de la existente en los Estados Unidos, hasta consolidarse en la actualidad como el 17 por ciento en toda la Unión Americana y, particularmente en Texas, hacia el año 2025, de acuerdo con algunos expertos, la mayoría de los residentes serán de origen hispano.
Pero ayer como hoy la prosperidad y, en algunos casos, la sobrevivencia de los medios impresos en español, al igual que en México y el resto del mundo, es un esfuerzo diario.
Su sustentación económica se basa en la capacidad de comercialización de sus espacios y si bien existe un mercado propicio y creciente para ello, éste ha atraído a pequeñas y grandes empresas que buscan aprovechar el poder adquisitivo y los hábitos de consumo de los latinos para obtener ganancias de la comunidad hispana.
Pero existen nuevos retos para las empresas editoriales.
La evolución de la tecnología que propició la invención de la Internet y el surgimiento de las redes sociales ha impactado no sólo la forma de difundir las noticias, sino también, las preferencias del público por la forma de recibirlas.
El campo de la información exige actualmente estar atento a las innovaciones que, cada vez con más intensidad, afectan a los tradicionales medios impresos y electrónicos.
Pero para algunos periodistas de la frontera, sin importar de qué lado vivan, quizá uno de sus mayores privilegios sea el poder trabajar simultáneamente en dos países distintos que, aunque divididos tan sólo por un río, parecen, en ocasiones, dos mundos diferentes y en otras, una misma comunidad.
La migración hacia Estados Unidos, intensificada por varios factores, ha hecho crecer imprevistamente la población de mexicanos en ese país y particularmente en áreas como el Valle de Texas, San Antonio, Dallas y Houston.
El primer efecto de esa migración es la necesidad de seguir comunicados y al tanto de lo que ocurre en su país de origen, preferentemente en español. Esto traerá consecuencias que ahora ni siquiera podemos avizorar.