Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
16 de febrero, 2015
El incremento reciente de la violencia en Tamaulipas, que se encontraba ya aparentemente en proceso de reducción, provocó, además de la lógica alarma entre los residentes de la entidad, repercusiones mediáticas internacionales.
La noticia de enfrentamientos, bloqueos y muertos, cuyas cifras oficiales fueron constantemente cuestionadas por la opinión pública, que atribuía un número mayor al que reportaban las corporaciones de seguridad, pusieron de nuevo en el centro de información al estado.
El miércoles anterior, sin embargo, como consecuencia de la justificada alarma entre la población, se llevó a cabo una reunión en Matamoros presidida por el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, que había reiteradamente sido anunciada pero sin concretarse hasta ese día, en el que finalmente sostuvo un intercambio de informes e impresiones con autoridades civiles y militares así como con algunos representantes de la iniciativa privada.
La esperada visita despertó altas expectativas. Se esperaba un anuncio contundente y, consecuentemente, acciones en ese tenor.
Hay que recordar que durante una de las previas visitas, acompañado del gabinete de seguridad el 13 de mayo del año anterior, se habló de que en un plazo de seis meses la estrategia que en aquel entonces se ponía en marcha permitiría reestablecer la perdida tranquilidad en el estado, ofreciéndose además un saneamiento en las instituciones públicas contaminadas por la corrupción.
El tiempo transcurrió y si bien, a fuerza de un amplio despliegue policiaco y militar, se logró restablecer la confianza en la ciudadanía y residentes de Estados Unidos para viajar a Tamaulipas, sobre todo en los meses finales del 2014, así como una renovada confianza en que se estaba en vías de superar el problema de la violencia e inseguridad, al principio del 2015 nuevas manifestaciones de grupos delincuenciales trastornaron la incipiente reconstrucción de la percepción de seguridad que se sentía.
La reunión de Matamoros no tuvo, de acuerdo con la opinión de conocidos y destacados columnistas tamaulipecos que tuvieron oportunidad de acudir a la reunión presidida por Osorio Chong, el impacto esperado.
Sin embargo, hay que recordar que desde que se hizo el anuncio en mayo pasado de una estrategia que debería de rendir frutos en cuestión de meses han pasado una serie de acontecimientos que han lesionado seriamente la credibilidad gubernamental. Desde los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa; el escándalo de la Casa Blanca; así como las turbulencias sociales en Guerrero, Oaxaca y Michoacán, por mencionar los más connotados hechos, han creado un manto de poca credibilidad en las instituciones nacionales.
Si a eso se agrega el rumor de que en un momento dado el Secretario de Gobernación presentó su renuncia al Presidente peña Nieto sin que ésta fuera aceptada, no se puede menos que entender que hacer declaraciones contundentes no tendrían la eficiencia necesaria si no van acompañadas de hechos que las confirmen.
Acciones que regresen en forma convincente la paz a Tamaulipas serán mucho mejor que los mejores discursos. La sociedad tamaulipeca espera que así sea.