Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
19 de enero, 2015
• Concluye la era de Perry
Las elecciones para presidente del Partido Acción Nacional (PAN) en Tamaulipas recientemente fueron interpretadas por muchos, quizá con razón, como una medición dentro del instituto político de las fuerzas que lo nutren en el estado.
Finalmente, tras una serie de alianzas y contra-alianzas así como candidaturas abortadas, el triunfo fue para César Verástegui, originario de Xicoténcatl, conocido en el mundillo político como "El Truco", identificado en esta contienda con Francisco García Cabeza de Vaca, ex diputado federal, ex alcalde de Reynosa y actual senador de la República, quien aspira, es público y manifiesto, a ser candidato y ganar las elecciones por la gubernatura que estará en juego en el 2016.
Su aspiración no es nueva, lleva tiempo fraguándola y actuando en consecuencia.
Por la parte perdedora, con el nuevolaredense Agustín Chapa de candidato, se identificó a una alianza, o mejor dicho asociación de alcaldes que están en el poder gracias a las siglas del PAN, Carlos Enrique Canturosas Villarreal, en Nuevo Laredo y Leticia Salazar, en Matamoros.
Pero más allá de la definición de quién preside el blanquiazul y quién supuestamente tiene el control de la estructura panista, ese partido a nivel estado mostró parte de sus entrañas y los mecanismos que se pusieron en juego durante la labor de proselitismo o captación de votos
Desde luego, destaca que no podrán, o no deberían exhibir más, al Partido Revolucionario Institucional (PRI) como en el pasado lo hacían por sus métodos de acarreo, comenzando en Nuevo Laredo, donde un aparente operador del panismo en el poder en esa ciudad en el proceso de esa elección, Enrique Rivas Cuéllar, carga con la acusación de haber concentrado despensas adquiridas con recursos del erario público para inducir el voto.
La alcaldesa matamorense, hoy demeritada con la aprehensión de uno de sus más cercanos y estrechos colaboradores en su administración, hizo gala de activismo en el área de Río Bravo y Reynosa, mientras se daban una serie de alianzas obvias y no tanto, de panistas que fueron insuficientes para hacer ganar al candidato Verástegui, quien se alzó finalmente con el triunfo, pero que no logró mayoría en la tierra de quien se presentaba como su patrocinador, el senador Cabeza de Vaca.
Al margen de los resultados de le elección, el PAN se exhibió, no sólo ante su membresía, sino ante la opinión pública. Los partidos opositores midieron calidad, capacidades y alcances de quienes aspiran a refrendar los triunfos obtenidos hace tres años cuando lograron ganar en seis de los ocho distritos electorales federales tamaulipecos. Verástegui, por otra parte, es un hombre con habilidades y recursos políticos propios, que sabe cómo funcionan los mecanismos del PRI, y ahora del PAN.
La impresión inmediata es que no existe una estructura coherente y solidaria en el PAN y que una cosa es ganar notoriedad con una elección interna y otra ganar las próximas elecciones, sobre todo en una época en la que importantes prospectos políticos se desvanecen debido a sombras de su pasado.
LA ERA PERRY
En cualquier parte del mundo es un gran mérito ganar una elección en buena lid con la mayoría de los votos de su electorado y, máxime, cuando tiene que ser por mayoría absoluta.
Rick Perry, quien hasta este lunes fungió como gobernador de Texas, logró ganar tres veces la elección, además de haber sido gobernador interino por dos años en sustitución de George W. Bush, al convertirse éste en presidente de los Estados Unidos. Es el gobernador que más años ha durado en el cargo en la historia texana; sus méritos debe tener.
Se espera que el ahora ex gobernador exponga su deseo de aspirar a ser candidato del Partido Republicano a la Presidencia de la Unión Americana. Ya lo intentó en las anteriores elecciones primarias sin éxito. Se considera casi inminente que trate de nuevo, aunque las condiciones han cambiado.
Texas tiene nuevos gobernantes, Greg Abbott es sucesor de Perry desde este martes y eso tendrá sus efectos en la frontera con Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua. Abbott fue procurador de justicia de Texas, cargo de elección popular y encabeza una serie de iniciativas con el pleno respaldo de su partido, el Republicano.
Concluye la era de Perry y da paso a una nueva etapa, con nuevas políticas que merecen la atención no sólo de los residentes texanos, sino de los fronterizos mexicanos. Ya veremos.