Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
27 de agosto, 2014
Rick Perry, gobernador de Texas, tiene ya ganado un lugar especial en la historia, y no solamente por haber tenido la oportunidad de ocupar el puesto político más importante al que puede aspirar cualquier ciudadano texano.
La carrera de este inquieto político ha estado marcada por sus singulares decisiones que le han permitido ocupar por tres períodos consecutivos la gubernatura texana que, aunado a los dos años en los que desempeñó previamente la posición para completar el mandato de George W. Bush al asumir éste la Presidencia, lo convierten en el gobernador que más tiempo se ha mantenido en el puesto; completará 14 años gobernando este 2014.
Hijo de un político demócrata que fungió como comisionado de condado, inició su carrera política como representante estatal por el distrito 64, posición legislativa que ganó como militante del Partido Demócrata, al que dejó de pertenecer en 1989 y anunció su postulación al puesto de Secretario de Agricultura con el respaldo del Partido Republicano. Siguiendo con sus característicos giros, Perry fue electo en 1998 vicegobernador de Texas (Liuterant Governor) viéndose obligado a asumir en el 2000 las funciones de gobernador, tras haber resultado electo el entonces gobernador Bush presidente y, consecuentemente, al asumir sus nuevas funciones cedió el puesto a Perry, donde ha permanecido, primero como interino y posteriormente como electo por tres ocasiones.
Durante su larga estancia como gobernador ha logrado prácticamente ser conocido en todos los rincones del llamado "Estado de la estrella solitaria". La frontera no ha sido la excepción.
Durante la anterior carrera por la Presidencia de los Estados Unidos Perry decidió contender por la nominación de su partido. No lo logró y se concentró en cumplir con su mandato estatal en espera de otras oportunidades.
Durante los últimos meses el gobernante texano ha ganado notoriedad en los medios informativos internacionales, entre otras razones como consecuencia de la solicitud de la presencia de la Guardia Nacional para reforzar la frontera tras un súbito incremento en el flujo de indocumentados, en su mayoría niños, que utilizan la frontera texana, sobre todo la del Valle de Texas, para ingresar a la Unión Americana. Su expresión "Hay que asegurar la frontera" la repitió en múltiples ocasiones como argumento irreductible de su decisión. Previamente desplazó personal del Departamento de Seguridad Pública de Texas para reforzar las actividades en contra de la criminalidad fronteriza, bajo el supuesto de que la Patrulla Fronteriza se encontraba demasiado ocupada efectuando trámites relacionados con la extraordinaria cantidad de indocumentados detenidos.
Sus decisiones no fueron del agrado de grupos defensores de los derechos de los migrantes y, obviamente, tampoco de los seguidores del Partido Demócrata.
Más recientemente confirmó su decisión de volver a buscar la candidatura de su partido a la Presidencia de la Unión Americana y en consecuencia ha estado viajando a varios estados en busca del respaldo a su nominación.
Un hecho inesperado, sin embargo, distrajo momentáneamente su labor proselitista y sus obligaciones como gobernador: Un gran jurado decidió acusarlo formalmente de abuso de poder y ejercer coerción contra funcionarios públicos.
Aunque renuente en principio a hacerlo, tuvo que acudir, en cumplimiento de las leyes texanas, a ser "fichado" para dar formalmente principio al juicio a que será sometido, aunque sus abogados han solicitado ya que se desechen los cargos imputados.
En una de sus últimas declaraciones Perry señaló que la frontera sur del país, dada su supuesta inseguridad, puede permitir el acceso de terroristas a los Estados Unidos. Obviamente pasando por México.
Esta es una historia inconclusa que podría brindar, además, sorprendentes o inesperados capítulos con implicaciones para Texas, Estados Unidos y, todo lo indica, también México en las próximas semanas.
Lo cierto es que independientemente de que se coincida o no con él, su carrera política es impresionante y quiere coronarla con la nominación a la candidatura presidencial y, de ser posible, con ser el sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca.
Por lo pronto debe salir avante de la situación en que se encuentra al ser demandado.
Por su trayectoria, filiación, compromisos y su posición con respecto a problemas fronterizos, comerciales y migratorios su desplazamiento futuro debe de ser seguido con atención no sólo por los texanos, sino por los observadores políticos mexicanos, especialmente los de los estados fronterizos como Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chiuhahua.