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Niños migrantes, responsabilidad y solución compartida

José Luis B. Garza

23 de junio, 2014

 

 

Por José Luis Bgarza

 

Durante las últimas semanas el Valle de Texas, frontera con el estado de Tamaulipas, ha sido el centro de la atención internacional por la constante llegada de miles de niños procedentes mayoritariamente de Honduras, El Salvador y Guatemala que, sin compañía o en algunos casos con sus madres, han arribado con la intención de permanecer en la Unión Americana para reunirse con familiares o encontrar asilo.

Lo anterior ha sido calificado por el propio presidente Barack Obama como una crisis humanitaria y el vicepresidente Joe Biden ha viajado expresamente a Guatemala para tratar de encontrar una solución al problema que involucre a los gobiernos de los países de origen de los pequeños indocumentados que siguen llegando a tierras estadounidenses.

Pero decir que llegan sin acompañamiento a tierras estadounidenses es una cosa, pero decir que han viajado desde sus países sin compañía es otra muy diferente.

Son muchos los factores que han incidido para que se haya desatado esta situación; algunos de ellos han ya aflorado, otros seguramente en el transcurso de los días irán siendo revelados.

No se puede dejar de mencionar que múltiples manos generosas de residentes del Valle de Texas han acudido a las iglesias convertidas en centro de ayuda para ofrecer auxilio, al igual que las autoridades locales y voluntarios quienes se han integrado también a esta jornada humanitaria proporcionando diversos recursos para que los peregrinos se aseen y se atiendan de problemas de salud.

Pero esto, si bien resulta vital para superar un difícil momento, es tan sólo una solución momentánea y parcial de un amplio  problema.

Los efectos en la Unión Americana se han dado en el plano de la seguridad fronteriza, que ha sido cuestionada, sobre todo por legisladores y políticos republicanos de diverso rango, pero también en el tema migratorio, donde el flujo de menores ha servido para poner de manifiesto por algunos la necesidad de una reforma migratoria y, por otros, para suponer como una de las motivaciones de la llegada de los menores, el acta de acción diferida (DACA, siglas en inglés). Lo anterior permite la estancia  legal de jóvenes que han estado en los Estados Unidos durante varios años y que cumplen con ciertos requisitos de escolaridad, a lo cual, desde luego, no se podrían acoger quienes recién llegan a tierras estadounidenses.

En los próximos días, sin duda, el tema hará que se produzcan mayores confrontaciones políticas entre quienes tienen criterios encontrados sobre la problemática a la que nos referimos.

Pero, y ésta es la cruda, pero al parecer inaceptable realidad: Los niños no han aparecido como un acto de magia en el Valle de Texas. Han transitado desde sus países de origen pasando por cientos de kilómetros de territorio mexicano, hasta llegar, en este caso, a la frontera tamaulipeca, desde donde han cruzado al Valle del Río Grande.

Pero no lo han hecho solos, ni gratis.

En la larga travesía de los niños y adolescentes están involucradas, cuando  menos en su gran mayoría, redes delincuenciales de tráfico de personas que operan desde los países de origen hasta el destino final de los migrantes indocumentados.

Señalar simplemente las condiciones de vivencia e inseguridad en los países de origen es dar una visión parcial y errónea de lo que realmente ocurre.

Pero también la responsabilidad de lo que acontece compete a las autoridades migratorias de El Salvador, Honduras y Guatemala, de donde proceden los migrantes, y mucho al Gobierno de México a través de los responsables de la seguridad y migración, es decir, la Secretaría de Gobernación y la subsecretaría encargada del ramo, las delegaciones migratorias de los estados y las autoridades locales que deberían, mínimamente, saber lo que ocurre.

No puede entenderse que hayan pasado miles y miles de migrantes sud y centroamericanos por territorio mexicano y no se hayan dado cuenta o, si se han dado cuenta, ya deberían de haber dado una explicación pública junto con la alerta correspondiente.

Este problema involucra a varios gobiernos y sólo con la participación de todos ellos se puede lograr una solución.

 

 

 

¿El PAN, posicionado en Tamaulipas?

Hace unos días fue dada a conocer una encuesta realizada por la revista “Hora Cero”, que se llevó a cabo en las ciudades de la frontera tamaulipeca con el fin de conocer la preferencia actual de los electores y, desde luego, prever cuál sería su comportamiento durante la elección de diputados federales del próximo año y la ya no tan distante de gobernador, alcaldes y diputados locales en el 2016.

A esta empresa la antecede en el campo de las encuestas el haber anticipado en la última elección de legisladores federales el triunfo en la mayoría de los distritos electorales del Partido Acción Nacional (PAN) que, como ya es historia, logró seis de los ocho curules federales que estuvieron en juego en aquel entonces.

Pues bien, ahora los resultados de la encuesta realizada durante la última quincena de mayo confirman lo que ya es percepción de analistas políticos; si ahora fuesen las elecciones de diputados federales: El PAN ganaría en los distritos Uno y Cuatro, correspondientes a Nuevo Laredo y Matamoros, respectivamente, con un solvente margen. En Reynosa, Distrito Dos, tendría amplias posibilidades el albiazul por el escaso margen de ventaja del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de 37.6 por ciento contra 36.8 del PAN, pero con un 25.6 por ciento a favor de otros partidos.

En el Distrito Tres, con cabecera en Río Bravo, que está representado por un legislador panista actualmente, el PRI, refleja la encuesta, ha remontado ya que cuenta con un 42.8 contra un 29 por ciento del PAN.

No es mucho lo que falta para que se inicie el proceso electoral del 2015, donde, desde luego, tendrá mucho que ver la selección que se haga de candidatos y los recursos que se le aporten a cada una de las campañas.

Falta saber, todavía, como anda la situación en los otros cuatro distritos electorales tamaulipecos del centro y sur del estado.

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