Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
23 de noviembre, 2009
GOMEZ FARIAS, TAM.- Cuando Felipe Calderón hablaba de cerrar la brecha entre ricos de pobres, el ejército mexicano ya había ‘espulgado’ a los invitados que llegaron a la inauguración del Centro Interpretativo Ecológico, en la puerta principal de la reserva natural de la biosfera de El Cielo. En éste municipio, donde la pobreza tiene un rostro menos duro, la intimidación, la vigilancia extrema, el miedo de Calderón, se sentía y se veía; en una tierra, donde Don Carlos Diez Gutiérrez, uno de los hombres más ricos de la región y de Tamaulipas, le esta peleando en un litigio, varias hectáreas de tierra a los campesinos del ejido Lázaro Cárdenas del municipio de Jaumave, que también forma parte de la biosfera de El Cielo. Todavía el llamado de Calderón no llegaba, cuando soldados recorrían con sus miradas a cada persona que lograba cruzar los tres primeros filtros de seguridad, antes de llegar a la aduana principal del evento, en donde la misma guardia del Estado mayor hizo tirar, a un padre de familia, la fruta de su hijo y después la risa sarcástica. Ahí parecía estar la primera brecha y no necesariamente entre ricos y pobres. Más bien entre pobres y el autoritarismo. Y después el contraste: ¡Bienvenido al cielo señor Presidente!, le dijo un entusiasta Eugenio Hernández. Calderón: “Que gusto estar en El Cielo, no pensaba llegar tan pronto... espero que no me toque tan pronto”, replicó en su momento Felipe Calderón. Y después el llamado. La advertencia de que, si no termina la brecha entre rico y pobres... El hombre y la naturaleza, si no se cierran a tiempo, la humanidad peligra.