Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
8 de noviembre, 2011
Esta semana se lleva a cabo en la ciudad de México la reunión plenaria del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (CCIME). Este es un grupo de 128 mexicanos que residen en Estado Unidos y Canadá y que fueron electos por la comunidad mexicana a través de varios métodos establecidos por ese cuerpo colegiado.
Los consejeros, que duran en su función tres años, para efectos de trabajar en el CCIME se integran a una de las comisiones de su preferencia, entre ellas, Difusión y Medios, Educación, Salud, Asuntos Políticos, Asuntos Legales, Asuntos Financieros y Asuntos Fronterizos, donde con mayor o menor conocimiento de la materia se unen propósitos para lograr hacer recomendaciones al Gobierno Federal en bien de los mexicanos durante su estancia en el extranjero o bien en su trayecto de retorno a México. No siempre, como es de esperar, dichas recomendaciones o sugerencias se convierten en disposiciones oficiales. Los factores son diversos y van desde el hecho de que implica que se legisle al respecto y no se está en el momento adecuado o bien hay otras legislaciones a las que se les da prioridad o, puede suceder, no logran convertiste en normas de observancia obligatoria por no cumplir alguna de las formalidades necesarias. Pero, justo es decirlo, a lo largo de la existencia del CCIME, muchas de las iniciativas de los migrantes mexicanos organizados en esta institución se han convertido en disposiciones oficiales o bien han logrado llamar la atención sobre problemas específicos.
Como parte de la agenda de esta reunión se encuentra contemplada una visita a la residencia oficial del presidente de México, Los Pinos, donde los representantes de las comunidades mexicanas, a través de oradores previamente designados, dan un mensaje a nombre de todo el grupo.
Los integrantes, en general, proceden de los más diversos estratos. Hay académicos, líderes comunitarios, comunicadores, empleados del sector salud, abogados y, en fin, una gran variedad de ocupaciones pero con el común denominador de pretender, a través de su trabajo y comisión respectiva, mejorar las condiciones de los connacionales en cualquier parte del mundo donde vivan.
El gobierno de México apoya en forma muy limitada la actividad de dichos representantes mexicanos, dicho sea desde el punto de vista de presupuesto, así que eso le agrega una dificultad, o mérito, según se vea, dicha actividad: El tener que estar dispuesto a hacer un desembolso personal para poder cumplir con la encomienda, además de la disposición de poder efectuar los viajes que su comisión demande.
Recientemente, en una plática que tuvimos oportunidad de sostener con el embajador de México en los Estados Unidos, Arturo Zarukan, al referirnos a los consejeros, decía, sin lugar a dudas en forma acertada, que representan la diversidad de la comunidad mexicana que vive en el exterior.
La experiencia de ser consejero del IME, aunque son pocos los que tienen oportunidad de serlo, si se quiere, abre perspectivas importantes para quien tiene la suerte de serlo; da la oportunidad de actualizarse en muchos aspectos con las políticas gubernamentales mexicanas, además de establecer una serie de relaciones que, quiérase o no, contribuyen a poder servir, o encontrar respuestas, en bien de la comunidad que representan. Quien esto escribe lo sabe muy bien porque es uno de los 128 consejeros que participarán en esta reunión en la capital mexicana y que junto con sus compañeros, concluirá con grandes satisfacciones su función al inicio del próximo año.