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El efecto Perry

José Luis B. Garza

17 de agosto, 2011

El gobernador de Texas, Rick Perry, se sumó a la lista de aspirantes que, dentro del Partido Republicano, buscan convertirse en candidato a la Presidencia de los Estados Unidos durante la elección primaria que habrá de celebrarse por el mes de marzo del 2012.

En los próximos meses, el gobernante texano, que ha logrado establecer un récord de estancia en el puesto, habrá de dedicarse a promover su imagen con el fin de captar los votos suficientes para poder ser nominado candidato.

Esto, que pudiera ser un acto proselitista que tiene consecuencias sólo en el interior de su partido, tendrá por fuerza que repercutir en distintos aspectos en el gobierno estatal. De hecho, esto ya comenzó a suceder. De dos años a la fecha, se ha dado una transformación en Perry. Con el fin de lograr un mayor consenso dentro de su partido y captar las simpatías de grupos diversos, algunas de sus posiciones con respecto a inmigración y seguridad fronteriza han cambiado. Se ha presentado, o convertido, en un consumado conservador.

Sus aspiraciones, no obstante, no lo separarán del cargo para el que fue elegido y seguirá gobernando el "estado de la estrella solitaria" , lo que implica que algunas de sus disposiciones en su carácter de gobernador se harán, también, cuidando su imagen en pos de la candidatura presidencial.

La región fronteriza no será la excepción de los efectos que se produzcan como consecuencia de la preservación de un perfil para mantener la aceptación, no de los texanos, prioritariamente, sino de los republicanos que podrían erigirlo en candidato presidencial y eso tendrá sus consecuencias.

Una de sus cartas de presentación, que le han permitido posicionarse en forma destacada dentro del selecto grupo de republicanos que aspiran a contender contra, casi seguramente, del actual presidente Barack Obama, es el nivel de desempleo en Texas, inferior al de muchas entidades, los indicadores económicos y el fortalecimiento e instalación de empresas.

La frontera juega un papel importante en el proceso económico que vive Texas, a donde han migrado muchos y cuantiosos capitales mexicanos en busca de supervivencia y seguridad, dándole un dinamismo especial al sur del estado. Eso, junto con las compras de los consumidores mexicanos provenientes del vecino país han contribuido a una estabilidad o, cuando menos, a una mayor resistencia a los procesos de recesión a los que se ha enfrentado la Unión Americana recientemente.

Consecuentemente, eso también incide en la economía de la frontera mexicana que está estrechamente ligada a la de la texana, con la que tiene una gran interactividad.

Así, la participación de Perry en la carrera presidencial estadounidense tendrá sus efectos para la región fronteriza mexicoamericana, particularmente en Tamaulipas, entidad mexicana en la que se encuentran numerosos cruces fronterizos y áreas de comercio internacional destacadas, sin dejar de lado múltiples inversiones.

Visto con optimismo, en su carrera por la Presidencia, Rick Perry puede hacer un lanzamiento de alguna iniciativa o programa para elevar las condiciones económicas de Texas que lo hagan lucir como un eficiente gobernante. Desde ese ángulo, los residentes del estado recibirían un beneficio, desde luego.

Por cierto, recordamos que en los meses posteriores a la elección del actual gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre, antes de que tomara posesión del puesto, visitó al mandatario texano en la ciudad de Austin. Quizá se podría dar el caso de una situación similar a la del ex gobernador tamaulipeco Tomás Yarrington, que estableció una buena conexión cuando estaba en funciones con el entonces también gobernador de Texas George W. Bush, quien logró ser electo presidente de los Estados Unidos y ya en esa posición dio repetidas muestras de mantener una cordial relación con Yarrington.

En fin, en el 2012, la frontera se verá impactada por sendos procesos electorales en ambos países para elegir presidente de la República. El efecto Perry estará siempre presente, cuando menos hasta que se decida quién es el candidato republicano, donde, sin duda, el mandatario texano tiene reales posibilidades de serlo.

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