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A un año de la tragedia

José Luis B. Garza

27 de junio, 2011

A un año de distancia, cumplido este 28 de junio, aún  no es posible asimilar la muerte de Rodolfo Torre Cantú.

Al margen de sus efectos políticos y el dolor que provocó entre sus más cercanos seres queridos, la tragedia marcó el destino de un estado. Un antes y un después. Inédito hecho de un candidato a gobernador, seguro ganador, que fuera asesinado y, así, frustrados los sueños y propósitos de un hombre, que en esencia, era bueno y bien intencionado.

A muchos nos tocó vivir un  aspecto del histórico como trágico episodio.

Aquel lunes se cubría uno de los últimos eventos de cierre de campaña en Matamoros.

Circunstancialmente quien esto escribe estuvo esa mañana en el comité de campaña en la capital del estado del inmolado  candidato priista. Tenía que esperar a quien me haría favor de llevarme como compañero de viaje de retorno a Reynosa.

Poco después de las diez de la mañana, momentos en que varios compañeros periodistas y otros personas esperaban para ser atendidos por funcionarios del comité de campaña, sorpresivamente se avisó que los funcionarios esperados --hoy sé por qué--no  podrían acudir a cumplir con citas que tenían pendientes de atender esa mañana.

En medio del justificado enojo, todos se retiraron, con excepción mía, que debería esperar  mi "raid" de regreso. Sólo quedaban dos o tres empleados a quienes, de repente, se les avisó que sintonizaran un canal de televisión.

El periodista Joaquín López  Dóriga interrumpía la programación regular de Televisa, para hacer el anuncio de que el candidato del Partido Revolucionario Institucional al gobierno de Tamaulipas había sido asesinado.

Pareció nublarse todo. Orden de desalojar de inmediato el comité de campaña y en ese momento, ya, saturadas las líneas de los teléfonos celulares que imposibilitaban la comunicación por esa vía. Salimos del local atendiendo la orden entre los llantos histéricos de una mujer a las puertas del inmueble tras conocer los lamentable hechos.

Desde luego, la noticia y la vivencia trágica había que transmitirla en cumplimiento de nuestro trabajo de información que, en ocasiones, nos pone en la situación de dar información no deseada.

Compré una tarjeta para utilizar un teléfono público en un centro comercial frente al comité aludido y desde un aparato público, no afectado por la saturación que hacía imposible hablar por celulares en ese momento, me enlacé a Telemundo de McAllen, donde ya buscaban confirmación de la noticia.

Más tarde, una vez que se restableció la comunicación vía celulares, pude ubicar a José Angel Solorio, compañero periodista con quien me regresaría a Reynosa.

En el camino, entre confundidos y asombrados, nos formulábamos, al igual que muchos ciudadanos,  preguntas sobre el sangriento hecho, preguntas que, quizá, nunca tengan respuesta.

Tamaulipas tuvo una gran pérdida con la muerte de Rodolfo Torre Cantú, de la que, desafortunadamente, aún no se puede recuperar.

Una serie de actos se llevan a cabo en los municipios tamaulipecos organizados por el PRI, siendo el principal el que se lleva a cabo  en la capital del estado, presidido por el gobernador del Estado y hermano del desaparecido Rodolfo, Egidio Torre Cantú.

Con seguridad amigos y cercanos colaboradores harán acto de presencia.

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