Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
3 de agosto, 2010
Prácticamente terminaron las vacaciones de verano. Los funcionarios estatales y municipales que pudieron hacerlo, se tomaron unos días de descanso. Si, los que pudieron, porque debido a la contingencia, algunos no tuvieron más remedio que seguir trabajando.
Y realmente en estas dos últimas semanas, las cosas no han cambiado mucho en Tamaulipas. El norte sigue enfrentando una seria y complicada situación. Las aguas invaden amplios sectores ejidales y no se ve una pronta solución a esto.
En el sur, poco a poco fue creciendo el problema. Y ya hoy en día, se teme las cosas se pongan aun más difíciles por la amenaza del Rio Tamesí y del Pánuco.
Mientras tanto, la Comisión Nacional el Agua, se sigue mostrando indiferente ante lo que pasa en Tamaulipas. Tal impasividad ya requirió incluso un llamado de atención, uno más, del gobernador Eugenio Hernandez.
Y a más de un mes del embate de Alex, el Fonden sigue sin aportar los apoyos prometidos para la reconstrucción por los daños causados en por lo menos 19 municipios tamaulipecos. No queda más remedio que echar mano de los recursos estatales, porque esto no puede esperar. Muchas de las actividades económicas en el estado, están paralizadas y urge reactivarlas.
Y queda una vez más de manifiesto que las reglas del Fondo nacional de Desastres, deben ser revisadas, porque tienen como característica principal, la lentitud digna de una tortuga.
Tan solo en Matamoros, el acalde Erick Silva asegura que se requerirá de una cantidad que ronda los 300 millones de pesos para resarcir los daños. Y podría ser más.
Y es que realidad no son solo 19 los municipios afectados. Según el último recuento, los daños son en 38 de 43. Hay 98 comunidades incomunicadas por vía terrestre. No son palabras menores. Se trata de un desastre muy serio.
No quisiéramos imaginarnos lo que sucedería en caso de que en las próximas semanas seamos víctimas de un nuevo fenómeno meteorológico. Recuérdese que estamos en agosto, un mes de intensa actividad tropical en el golfo. Y que septiembre es tradicionalmente el mes más intenso, y en el que comúnmente nos han “pegado” los huracanes.
Tamaulipas necesita rehacerse urgentemente. Antes de que se nos venga otra calamidad.