Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
21 de junio, 2010
Prácticamente en el cierre de las campañas, surge una verdadera guerra de lodo. La elección del ya muy próximo domingo 4 de julio, estará marcada por la sombra de la duda, al darse a conocer en los últimos días, grabaciones de eminentes políticos, en las que se revelan operaciones y manoseos del proceso electoral. La utilización de recursos públicos para fortalecer campañas, es el tema. Si bien no hay partido político que apruebe un examen de moralidad y ética, precisamente, cuando es exhibida de manera abierta la inmoralidad y la falta de ética, cuando la opinión pública reacciona. Y cuando comienza el debate. Unos quedan como vulgares espías, que graban y escuchan conversaciones privadas. Y otros, se muestran como corruptos y manipuladores. Por lo menos dos gobernadores, primero Fidel herrera, después, Ulises Ruiz, de Veracruz y Oaxaca, les han machucado los dedos con la puerta. Y han sido mostrados como lo peor de la fauna política de este país. ¿Y quienes hacen la labor de espionaje, y publicitan sus resultados, como quedan? Es una guerra. Pero una guerra muy sucia. Síntoma de una degradación, que hace solamente que la ciudadanía dude de la limpieza y legalidad de las elecciones. La operación política de los mandatarios estatales en el proceso electoral, no es nuevo. De hecho siempre ha existido. Lo sabe el gobierno. Y lo hacen los mismo priistas, que panistas. Y perredistas. El mayor problema de todo esto, es que de esta manera, lo que se logra es que no tengamos elecciones confiables. Y que cada vez sea menor la participación de la ciudadanía que piensa y razona su voto.