Ya mero

Martín SIFUENTES

6 de junio, 2010

Ya queda muy poco tiempo. Hoy lunes, 24 días y adiós a las campanas políticas. Esto nos da una idea mas que clara de que la modificación a la ley electoral que acorto el tiempo del proselitismo, tiene mucho de razón. Y si, porque desde el 8 de mayo que arrancaron los aspirantes a gobernador, y días mas tarde los candidatos a alcaldes de las ciudades grandes y los que anhelan ser diputados, hemos vivido una especie de vorágine político electoral, muy, muy rápida y llena de acontecimientos que le han dado un sello de originalidad al proceso. Quien diga que por corta, esta campana ha sido desdibujada o gris, esta diciendo una verdad. No estábamos acostumbrados a que se fuera tan rápido el tiempo. Y aunque tampoco en la historia política reciente del estado, nunca hemos visto una pelea electoral cerrada, hoy francamente estamos viendo una disputa que a primera vista, se ve muy desigual. O lo que es lo mismo, se ve, se siente y se percibe una mas que amplia ventaja del candidato priista. Pero José Julián Sacramento tiene otra idea. El pasado viernes, al conversar con el, estableció que esa “gran ventaja” no existe, que todo es manejo de medios por parte del PRI, que la sociedad tamaulipeca esta dolida y agraviada y que esta seguro de que esa molestia se manifestara el 4 de julio, dándole la espalda al partido que ha gobernado en Tamaulipas, prácticamente toda la vida. Y que vendrá la alternancia. Difícil de creerle, cuando se ve otra cosa en el horizonte. Ya en esta semana que inicia, hay campanas en los 43 municipios del estado. Desde el domingo iniciaron en las comunidades pequeñas, en donde las labores de proselitismo serán mas que breves. El espíritu de la legislación es muy bueno, pues, ¿Qué caso tendría que los candidatos a alcaldes de Antiguo Morelos, hicieran campana dos meses? Entramos entones a la recta final. Con un PRI y un Torre Cantu, poderoso y lleno de músculos. Con un Sacramento, lógico, negado a aceptar lo que es. Con los demás aspirantes, Almanza, De León Perales y Vera, prácticamente desaparecidos. Y falta ya muy poco. Ya casi terminamos.