Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
7 de junio, 2009
Levantarse el día señalado, alistar la credencial, salir de casa, dirigir tus pasos al lugar, la dirección, el inmueble donde se encuentra la casilla correspondiente, hacer fila, llegar a la mesa de votaciones, identificarse cabalmente, esperar a que los escrutadores lean tus datos y los corroboren en el padrón con fotografía, recibir las boletas, caminar hacia la urna y, una vez plantado frente a la decisión crucial, tomar el crayón y optar por la nada, el vacío cuántico, la “no-opción”, el sufragio que no elige, no afecta los resultados y únicamente protesta contra la presunta ausencia de opciones atractivas, válidas o interesantes. ¿Voto útil o inútil?, ¿A quien va a impactar?, ¿Quién se preocupa por él?, ¿Existe algún método confiable que permita medir el efecto de dicha decisión individual y colectiva, por abundante que sea? ¿Arrugará la nariz algún funcionario de cierto nivel?, ¿Le quitará el sueño a nuestros gobernantes?, ¿Sentirán culpa, necesidad acaso de alguna suerte de reflexión profunda o lo procesarán mentalmente como un desplante pintoresco y pasajero, semejante al de quienes votan jocosamente por luchadores, cantantes, futbolistas o héroes del comic? En una democracia madura y competitiva como la española, asociaciones como el colectivo “Ciudadanos en Blanco” pretenden resolver estas interrogantes proponiendo una reforma legal para que el voto en blanco sea computable y produzca que un cierto número de escaños se declaren “vacíos”, en proporción a la cantidad de votos blancos. Me viene de pronto a la mente el caso de algunos certámenes literarios (o, incluso, concursos de obra pública) donde el primer lugar es declarado desierto cuando ninguna de las opciones presentadas reúne los requisitos de calidad, eficiencia o ambas. Sólo que en estos casos la decisión es tomada de manera discrecional por un pequeño grupo de sinodales, no mediante el conteo de votaciones masivas. En el caso de los procesos electorales, habría que volver una y otra vez a la misma pregunta: ¿Sirve de algo la decisión? Mejor aún: ¿Aporta elementos para que las cosas vayan mejor?, ¿Preocupa, afecta, ofrece elementos para que sobrevenga una discusión posterior lo suficientemente sustantiva, que se refleje positivamente en avances prácticos? De no haber respuestas válidas, estaríamos simplemente ante una catarsis hueca cuyas finalidades no sobrepasan el nivel anecdótico, sin mayor repercusión en la opinión pública más allá de algunas notas periodísticas que serán engullidas por el tráfago informativo en los días posteriores. Quienes lo promueven arguyen que de esta manera protestan contra la ineficacia de lo que ellos llaman los “políticos profesionales”, el desprecio a la democracia “realmente existente”, la frustración y el desencanto hacia la vida de partidos, cámaras, cabildos y toda suerte de cargos electivos. El gesto difiere, ciertamente, del abstencionismo, en la medida en que moviliza voluntades hacia un objetivo común. No es abstención, en el sentido estricto de la palabra, sino voto vacío. Aún así, la duda queda en cuanto a su viabilidad, porque si de algo estamos seguros es que al concluir el conteo de votos habrá ganadores y estos asumirán el cargo en la fecha programada. ¿Qué dirán entonces los promotores del “voto mudo” cuando la nueva legislatura esté funcionando y las presentes campañas sean cosa del pasado?, ¿Qué hicieron mella?, ¿En qué?, ¿Modificaron en algo la realidad, la forma de concebir y ejercer la política de cada día? Actuar sin actuar suena a MAHATMA GANDHI, aunque pelear sin dar la pelea nos remite a SUN TZU. Pero GANDHI tenía propósito y también el señor TZU. Me viene también a la cabeza aquel dicho atribuido a SENECA, el filósofo romano, cuando advertía que "no hay viento favorable para un barco sin rumbo". En efecto, no queda claro que rumbo adopta dicha suerte de activismo nulo, ese autismo electoral que hace de la “no propuesta” su propuesta principal y acaso única. ZIGZAG *** EL DERECHO de las madres trabajadoras a contar con una red de estancias infantiles que garanticen la seguridad y el cuidado de sus pequeños fue bandera relevante en la campaña presidencial de FELIPE CALDERON HIJONOSA. *** UNA GUARDERIA del IMSS en Sonora fue escenario de un incendio donde fallecieron más de 40 pequeños. *** TRAGEDIA nacional, en efecto.*** DE UN TIEMPO para acá se han levantado voces reclamando que las redes asistenciales asuman directamente esta responsabilidad en cada estado, en lugar de estar subrogando el servicio a particulares cuya calidad se observa dispareja, a pesar de estar avalados por instituciones como el IMSS o el ISSSTE. *** EL AFAN de privatizarlo todo afectó también dicho sector, bajo la fórmula heterodoxa de la subrogación. *** NO SERÁ la primera vez que los gobiernos albiazules trastocan sus mejores intenciones en el efecto contrario. *** RECORDARÁ usted que VICENTE FOX ofreció a los mexicanos pobres defender su derecho a cristalizar las metas clasemedieras de poseer “un vocho y un changarro”. *** EL RESULTADO fue que desapareció el “vocho” y cerraron miles de changarros. *** CON la misma enjundia, CALDERON prometió seguridad y empleo, metas que hoy contrastan con la peor crisis de criminalidad de los últimos tiempos y una caída brutal en las oportunidades de trabajo. *** MAL y de malas. *** BUZON: vivatamaulipas@prodigy.net.mx WEB: http://vivatamaulipas.blogspot.com