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Tarde tequilera

Martín SIFUENTES

19 de abril, 2010

Había decidido un servidor, no tocar el asunto una vez más. Porque era darle demasiada importancia al tema, y porque más de tres, de los siete u ocho lectores de estas líneas, me calificaron de xenofóbico “por criticar a un extranjero que tiene todo el derecho de decir lo que piensa”. Me refiero al “affarire” del gobierno mexicano con el canta autor español, Joaquín Sabina. Pero no me puedo resistir. Porque resulta que después de calificar de “ingenuo” a Presidente Calderón y de sugerir la legalización de las drogas como la solución mágica al problema de la violencia en México, el señor secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont, le envía una carta personal al artista, explicándole de una muy amable manera la posición del gobierno mexicano respecto a la problemática de la narco violencia. Que distinción. Y en el colmo de la humillación y servilismo, todavía lo invitan a comer a Los Pinos. No puedo menos que sentirme mal. Y preguntarme: ¿De que privilegios goza Joaquín Sabina, para que después de criticar al presidente, su secretario le envié una cartita personal, y después reciba una cordial invitación para comer en Los Pinos? Vaya. ¿Qué mexicano recibe un trato así del señor Calderón, o del señor Gómez Mont? Ninguno, definitivamente. Y en la mesa presidencial, invitados de lujo, aparte de Calderon y Sabina: Consuelo Saizar, directora de Conaculta, el secretario de gobernación Y Ernesto Cordero, secretario de hacienda. Ningún mexicano común y corriente podría gozar de tal distinción. Y más: Calderón, modificó su agenda de este lunes, para atender a su invitado. Según un reporte de Presidencia, el mandatario federal adelantó media hora un anuncio sobre beneficios fiscales y económicos para los afectados en Baja california y Sonora, por el sismo del 4 de abril. El español entró a Los Pinos a las 14:22, y salió muy sonriente a las 17: 35. Se comió pescado, ensalada y “un rico postre”. Se bebió tequila y un poco de vino. Que chulada. Gómez Mont, salió primero. La prensa le preguntó acerca de que si Sabina se había retractado. “No había por qué retractarse. No hay ninguna mala voluntad en sus comentarios. Sabina es un hombre bien intencionado, talentoso y que ha vivido”. Así lo dijo el secretario de gobernación. Pero el que se llevó la tequilera tarde, fue el propio Joaquín Sabina. Al salir de la residencia oficial, abordado por la prensa, lanzó un par de frases que lo pintan de cuerpo entero: “El ingenuo era yo” y “Yo sigo opinando lo que opinaba”. No hay congruencia. O los tequilas estuvieron muy fuertes. Y la mentirilla como para quedar bien: “Calderón canta mejor que yo, pero eso lo hace cualquiera. Cantamos de todo, “Ella”, “Ojalá que te vaya bonito” “Y nos dieron las diez”. Bonita tarde tequilera. Y sigo pensando lo mismo: ¿Por qué tanta distinción a un extranjero que criticó al Presidente? Y no es xenofobia.
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