Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
31 de marzo, 2010
En una reciente conferencia de prensa que ofreció el dirigente municipal del PRI, Ramiro Ramos Salinas, un periodista quiso saber si el partido ya tenía una meta sobre los votos que se pretenden obtener en las elecciones del 4 de julio. Su respuesta fue que se buscaría superar los números de la última elección. Imposible tener una varita mágica para adivinar un dato como ese. No la hay, pues. Ciertamente, en base a los resultados de la elección anterior, el primer análisis que se hace sobre la nueva elección, es aspirar a igualar los números de la anterior jornada. Pero aún así, un dato como esos no nos dice mucho. Por ejemplo, en el 2007 el PRI obtuvo 71 mil 293 votos, pero dos años después, bajo a 49 mil 114. Bajo 22 mil votos de una elección local a una elección federal. La baja es explicable por varias razones, entre ellas el hecho de que una elección municipal genera mayor participación que una federal intermedia, porque en la primera hay en juego posiciones electorales y administrativas, en tanto que en la segunda solo hay un premio para el ganador. Además, hay que ver las expectativas generadas por el candidato. En el caso del PRI los militantes de hueso colorado suelen votar por sus candidatos sean quienes sean, pero si es un candidato con arraigo y simpatía, los activistas participan en la campaña con mayor entusiasmo y realizan una mayor promoción. El PRI local tiene más de 65 mil credencializados, es decir, personas que tienen una credencial que los identifica como militantes del partido. Ciertamente habrá quienes obtuvieron su credencial motivados por los descuentos que ofrecen comercios con los cuales ese partido tiene firmados convenios de colaboración, aunque también es cierto que aunque el solicitante no tenga interés en participar en actividades partidistas, alguna simpatía debe tener con el PRI o con quienes lo representan, que lo motivo a obtener su tarjeta. No podemos imaginar a un panista, con una militancia de muchos años, tramitando una credencial de un partido con el que no simpatiza, para ahorrarse unos cuantos pesos. Sería tanto como decir que cualquiera estaría dispuesto a prostituirse o a dejarse cortar un brazo a cambio de una despensa. ¿Cuántos ciudadanos saldrán a votar en la próxima elección por el PRI? ¿Cuántos lo harán por el PAN, por el PRD, por el resto de los partidos? Imposible saberlo, no se ha inventado aún una varita que permita ver el futuro. Lo que sí es cierto es que los ciudadanos saldrán a votar en la medida en que los partidos y los candidatos los convenzan de que sus propuestas para mejorar a Nuevo Laredo son viables, de que aspiran a gobernar bien y para todos, que no están ofertando utopías. Se necesita generar un clima de aceptación y de confianza, y no entre todos los ciudadanos, sino entre los que salgan a votar. Los que no salen a votar, aceptan el veredicto del ganador, así representen el 5 por ciento del total registrado. A esos que votan, sea el porcentaje que sea, es a los que hay que convencer.