Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de marzo, 2010
A menos de cien días para el proceso electoral 2010, en las 12 entidades en donde se elegirá gobernador, el termómetro sube. Y conforme vaya avanzando la primavera, eso será más caliente. Y ya en pleno verano, vendrán las votaciones. Las temperaturas del medio ambiente, se mezclarán con los calores políticos. En Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, el PRI tratará de mantener su hegemonía. Son entidades en las que gobierna, y en las que no se permitirá por ningún motivo la alternancia. El PAN manda en Aguascalientes y en Tlaxcala y mantiene firme la esperanza de continuar gobernando. Los perredistas se conformaran con conservar Zacatecas. Pero definitivamente en el priismo, hay focos rojos encendidos. Las alianzas PAN-PRD, llamadas “contra natura” por el PRI en varios estados, ponen nerviosos a los tricolores. Y en esas entidades, nadie puede asegurar un triunfo que garantice la continuidad. La “promiscuidad política”, como la llamó Beltrones, debe tener profundamente preocupada a la dirigencia nacional del PRI. Y es que indudablemente, sin adelantarnos al resultado de este 2010, ese será el esquema en el 2011 en el Estado de México, gobernado por quien desea fervientemente ser el candidato del PRI a la presidencia de la república en el 2012. Y es fácil imaginar que la alianza PAN-PRD va a operar de la misma forma el próximo año. Y que de tener éxito, sería la tumba política de Peña Nieto. Obvio, si les va bien, repetirán la formula en el 2012, para impedir el regreso del PRI a los Pinos. Ahí radica la importancia de la elección que tendrá efecto en menos de cien días. Se trata de parar, detener cualquier posibilidad de éxito en esas alianzas. Y si ya para este 2010, el PRI y Peña Nieto no pudieron hacer nada por evitar esas uniones, harán hasta lo imposible por evitar que se repita ese esquema el año entrante. Y claro, evitarla además para el 2012. Por lo pronto, la única manera de evitar el éxito de las alianzas, es ganar en todos los estados. Ganar clara y contundentemente. Por eso, el PRI va por todas las canicas. Y no se permitirá perder ninguna. No solo está en juego la elección de julio. Está en juego la presidencia de la república. Pero, ojo, los escenarios pueden cambiar. La situación de inseguridad que priva en todo el país, puede ocasionar un cambio político insospechado. En eso deben pensar también los partidos, sus dirigentes y la propia presidencia.