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1 de junio, 2009

El escribidor se muestra harto agradecido con los candidatos a diputados federales, entre otras razones y motivos porque han limitado su aparición en posters, volantes y espectaculares, cierto, circulan algunas fotos de sonrisa congelada y ojos de borrego a medio morir pero casi en la clandestinidad, como si el costal de la vergüenza sobre sus espaldas empezara a atormentarlos. Los discursos han sido escasos y las propuestas mínimas, excepción válida en Rodolfo Torre Cantú en cuya discreción multiplica objetivos y suma partidarios y fans . En este sentido el de la voz también agradece que la estridencia pasó a ausentarse y ojala sea para siempre. En otros tiempos los decibeles competían hasta alcanzar el grado extremo de la estupidez. Y es que la insolencia tomaba a sangre y fuego las esquinas más concurridas y ahí era donde empezaba el tormento para el pobre ciudadano que durante semanas permanecía atrapado en una guerra de la que salía más apaleado que un perro jabalinero. Eso era antes, cuando los candidatos multiplicaban sus tonterías a viva voz sin importar empeñar a la mujer más vieja de su familia tan solo para escuchar el dulce canto de un aplauso o la promesa de un voto locuaz y alabastrino que cual falso beso de amor callejero podría ser o no ser, dependiendo del peso de la despensa o el grado de seducción monetaria. En otros tiempos a los candidatos les valía progenitora cruzar el pantano y salir más embarrados que una letrina la noche del 15 de septiembre. Dicese que hace tres años, aquí mero en Tamaulipas, uno de los partidos regaló teléfonos portátiles con tanto éxito que barrió en la mayoría de los distritos. La habilidad consistió en esconderlos en canastos repletos de pan. Eso fue hace tres años y esperemos que no lo repitan…ahora las imágenes de los candidatos son efímeras y las apariencias son de decencia y buenos modales, en tanto las dirigencias de los respectivos partidos se pierden en un mar de provocaciones que los coloca al filo del ridículo. Sucede en el PAN, en el PRD y en los últimos días hasta el PRI como que resbala en el tianguis del chismorreo. Aunque no es quien pa’ decirlo , pero el escribidor aconsejaría a Gamundi no caer en la tentación de la intolerancia, sobre todo cuando se trata de opiniones como las de don Enrique Cárdenas quien como los buenos políticos sabe más por viejo y no por diablo. No olvidéis que el ex gobernador conserva el talento que lo ha llevado a permanecer en los primeros planos de “la grilla”. Eso de que el PRI puede perder hasta dos diputaciones seguirá siendo mera especulación hasta que caiga el out 27. Por cierto ¿qué será de Gamundi después de julio?...pareciera que el hombre prepara su retiro al aceptar que todo tiene su ciclo, aunque es bien sabido que el político dejará de serlo hasta después de 72 horas de su muerte. Quedamos en que hay que agradecer a los candidatos a dipus su discreción que aunque obligada por el estado de ánimo del electorado, no deja de ser apreciada por quienes creemos que la política puede ser algo más que una pachanga o un baile de disfraces en este carnaval de la vida. ¡Órale!. SUCEDE QUE ¡Qui’hubo!...ya le decía que el gobierno federal venía sobre los huesos del gobernador de Nuevo León. El escándalo ya empezó con la detención de elementos policíacos, pero apuesto “tronchao” que subirán la mira porque en estos tiempos electorales lo que importa a Calderón es colocar en el filo de la navaja a los políticos de partidos opuestos al PAN. DIARIO DE UN LOCO Llegué a la mitad del trienio y tengo la impresión de que solo me la he pasado rascándome “los desos”. Los “baches” son mi tragedia, el agua hedionda del san Marcos mi tormento y mi padrino Sulaimán que no me cumple llevándome de maletero…pa’ mi que el negro King me está haciendo “grilla” y pue-que hasta me quiera embrujar, maldito por eso nadie lo quiere. Hasta lueguito.
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