Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
22 de marzo, 2010
Ya no es ninguna novedad, pero como ahora sucede cada vez más frecuentemente, es digno de comentarse. Nos referimos al enorme parecido que tiene el PAN con el PRI, en algunas de sus acciones y manejos. Lo curioso del caso, es que lo que tanto criticaron los azules de los tricolores durante muchos años, hoy es práctica común. Y ejemplos, hay muchos. Desde pactos secretos, hasta dedazos descarados, pasando por imposiciones, y una que otra sucia triquiñuela. No se puede negar. Lo que tanto odiaron y denostaron, hoy es el PAN nuestro de cada día. Los fundadores de Acción Nacional, hoy bajo tierra, volverían a morir, ahora de vergüenza, solo con ver la triste manera como se ha venido manejando el partido de sus amores. El otrora partido de la aristocracia, de los empresarios, de la “gente bien”, ya no es el mismo. Hoy, se alía con quien ideológicamente es su contraparte. Hoy sus dirigentes se envuelven en escándalos personales. Hoy, negocia en lo oscurito, grilla, simula y usa cualquier clase de subterfugios. Pero si en política, el fin justifica los medios, el PAN, ha logrado resultados. Hoy gobierna en algunas entidades federativas, preside una buena cantidad de municipios, su representación en ambas cámaras es grande. Y ha ganado dos veces la presidencia de la república. Sin embargo, muchos panista del viejo cuño se preguntan, ¿Dónde quedó la real esencia del partido? Hoy, merced al desempeño que desde la primera magistratura del país ha tenido un panista, ese partido se desdibuja y pierde color. Ya no es el mismo. Y corre un grave riesgo de perder las posiciones que hoy ocupa, pues ha sido evidente su fracaso. El panismo lo sabe. Y hará todo lo que esté a su alcance para impedir la debacle. Y su primera estrategia, será compartir la culpa con sus opositores, diciendo que si el país no ha funcionado, ha sido por los escollos que sus enemigos le han puesto en el camino. El proceso electoral en varios estados en este año, más los que vienen en 2011, y el bueno, del 2012, servirá para la ejecución del juicio social. Será el pueblo mexicano quien les dicte sentencia.