Reynosa es otro rollo

Martín SIFUENTES

26 de enero, 2010

Si en Matamoros, como apuntábamos ayer, las cosas entre los tres punteros rumbo a la candidatura priista a la alcaldía, se muestran tranquilas, no podemos decir lo mismo de Reynosa. En la tierra de Cornelio Reyna, el mismo día en que se anunció el destape de Rodolfo Torre, se perfiló en forma importante la senadora Amira Gómez. A manera de premio de consolación, sabemos que se le ofreció la alcaldía. A lo que muy gentilmente la dama declinó. Amira dijo que no, y volvieron a tomar fuerza las posibilidades del tesorero Raúl Jiménez, del gerente de Comapa, Esiquio Resendez, del diputado local Pepe Elías y hasta del federal, Everardo Villarreal, legislador que en su más reciente campaña, juró y perjuró que cumpliría su periodo en la cámara de diputados. Pero por lo que se ve ahora, no le haría el feo la intentona de ser presidente municipal de su tierra. Hay quien insiste en que no se descalifique a Ricardo Gamundi. Que aguas con el reyno-veracruzano, porque aun suspira por ocupar la alcaldía. Y tiene el poder para convencer a la mano que palomea para que lo mande a la gran aventura electoral con la que siempre ha soñado. Tómese en cuenta que si a Francisco García Cabeza de Vaca no se le hace la candidatura al gobierno estatal, de menos va a ir en busca de la presidencia municipal, ya que es un hecho que por ningún motivo va quedarse sin participar en la elección de julio. El PRI tiene una cuenta pendiente, o varias, con Cabeza. Dos veces les ha pegado. Y no quieren por ningún motivo que haya una tercera. Por eso se complica tanto la elección interna priista en Reynosa. Deben ir con un candidato muy fuerte, sólido y que garantice el triunfo. Reynosa, fue, y probablemente siga siendo, el dolor de cabeza para el priismo en el presente sexenio estatal. Se le llegó a llamar “la joya de la corona”. Ganar ahí era, y debe ser, un orgullo extra. Y es que es la ciudad más poblada de la entidad. La de mayor numero de electores. La que tiene los distritos electorales más grandes. Es el reto. Y ahí se trata de enterrar políticamente a Cabeza de Vaca, de una vez por todas. Porque aun y cuando sea candidato a gobernador, ganarle en Reynosa, su propia tierra, será un golpe muy duro. Porque dígase lo que se diga, Cabeza representa al panismo recalcitrante, duro y critico que no le gusta a sus contrarios. Por eso no es bien visto, incluso dentro de su mismo partido. De eso se trata la elección en Reynosa. De ahí la importancia de elegir a un buen candidato. Es por ello que este municipio no tiene la facilidad de elección que tiene Matamoros, ni Río Bravo, en donde todo parece estar definido para Raúl Bocanegra. Ni Valle Hermoso, en donde el diputado Efraín de León la tiene prácticamente en la bolsa. Reynosa es otro rollo.