Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de enero, 2010
En México no existe la cultura de los seguros, a diferencia de lo que pasa en Estados Unidos, donde hay seguros de vida, contra robo e incendio de la casa, para la televisión, contra las manchas de la sala, contra el desempleo. Cantantes como Mariah Carey o Jennifer López tiene aseguradas las piernas y las pompas respectivamente, para el caso de que sufran algún accidente que les afee esas partes de su cuyerpo. Un amigo que vive en Laredo, Texas tiene un seguro de 300 mil dólares para el caso de que algún invitado nade en su alberca y tenga un accidente fatal. Los americanos están tan acostumbrados a los seguros que destinan una parte de sus ingresos ordinarios a pagar por toda clase de seguros. Casi todos por lo menos pagan el seguro de vida, el de gastos médicos mayores y menores, el de la casa y el de los coches de la familia. En cambio, en México la cultura de los seguros no esta arraigada. Hay quienes tienen 30 años pagando un seguro de vida y se lamentan de no haberlo usado pues dicen que durante 30 años han tirado su dinero. Por supuesto, es mejor que paguen otros 30 años más y que no tengan necesidad de usarlo. El gran problema de los seguros en México es que no siempre son lo que el cliente espera.Y es que, por ejemplo, cuando se tiene un seguro para el coche, resulta que en caso de accidente, la aseguradora no cubre daños con un costo inferior a los cinco mil pesos. También sucede que la aseguradora tasa en 15 mil pesos un golpe que en un taller normal cuesta tres mil pesos y deja en el pagador la sensación de que lo robaron. O pasa que el daño se valuó en 80 mil pesos y el culpable no tiene para pagar y el vehículo se queda meses sin arreglar, porque la víctima esta esperando que la unidad la arregle o el culpable o la aseguradora, pero el culpable no lo hace por falta de dinero y la empresa tampoco lo hace porque argumenta que no puede modificar el estado del coche, hasta que no haya un fallo del juez. Si el coche asegurado es robado, hay otro serio problema para la víctima, pues el seguro tarda tres o cuatro meses para pagar y mientras tanto el asegurado se queda sin coche, pues la aseguradora nunca le ofrece otra unidad, lo que si ocurre en Estados Unidos. Pero además, muchos de los que son víctimas de robo, se han encontrado que por una camioneta que les costo 250 mil pesos y ya había pagado 200 mil, la aseguradora se la valoriza en 60 mil pesos, es decir, de esa cantidad 50 mil son para el concesionario y el cliente se queda con 10 mil pesos, sin camioneta y sin poder pagar el enganche de otro vehículo nuevo, salvo que saque del banco para completar lo que le pide la concesionaria. Hasta un seguro para computadora puede ser problemático, pues le dan a uno número telefónico que nadie contesta y cuando luego de varias semanas se dignan a contestar aclaran que para que la garantía se haga efectiva, es necesario enviar la computadora con su empaque y caja original, además del recibo, debidamente planchadito y sin rayaduras. Toda esta clase de problemas en los seguros se conocen hasta que no se presentan, cuando ya se ha destinado una buena cantidad a su pago, cuando ya ni llorar es bueno y muchas veces se termina por dejar sin efecto el seguro, con tal de no lidiar con expertos en excusas que provocan que afloren las ganas de estrangular.