El ángel negro

Max Avila

24 de mayo, 2009

De manera que Germán Martínez trajo por estos rumbos su locura. Este lidercito panista convertido en el brazo armado de Felipe Calderón cuya belicosidad es de pronósticos reservados. Así se dice cuando la enfermedad es muy avanzada y la cura es poco probable o casi nula. Germán vino y creyó encontrar el paraíso de su partido. Esperaba que las masas panistas, ¿ pssss cuáles?, se le entregasen y homenajeasen como el dios de los vientos que se considera. Y es que este político ha sido útil al gobierno panista justamente pa’ levantar polvaredas disparando contra todo lo que se mueva utilizando el lenguaje extremo de la confrontación. El hombrecito no discute ideas con sus adversarios, no llega a tanto, prefiere herir con el verbo flamígero de la provocación y en este sentido lo muy lamentable es que dirigentes de otros partidos hayan caído en la trampa…Dicese de Germán que en veces se va por la libre y más entusiasmado que una urraca en primavera se deja caer en agravios de difícil recomposición por quienes pretenden presentarlo como el líder “moderno y consecuente” del partido en el poder. No lo va usted a creer pero Germán Martínez es un problema hasta para su propio partido. Tan pronto le parte la mandarina en gajos a la Bety Paredes que al mentado Chucho Ortega dejando pa’l postre a Andrés Manuel, y este variopinto de clientes otorga soberano repaso a todo lo que huela oposición al PAN por mínima que parezca lo cual no permite la coexistencia política civilizada. Es un tipo con el que difícilmente pueden haber acuerdos institucionales y si en alguna ocasión usted lo observó en actitud pacífica será porque cayó víctima del aburrimiento y la somnolencia causada por los discursos presidenciales que dicho sea, no se sabe si son de ida, de vuelta o simplemente pa’ dejar constancia de que en México hasta una pinchurrienta gripa nos deja listos pa’l arrastre…ya la única esperanza es que resulten campeones los pumitas. Como dijo aquel, “solo falta que no me saque la lotería”. Calderón y Germán son dualidad disfuncional. Mientras el primero se desgañita llamando a la unidad nacional y convocando a que los mexicanos ayudemos a resolver problemas que corresponden al gobierno, el segundo, procura lastimar lo que pudiera pisar la sombra a su partido. Pero ni crea que lo hace por las vías normales de la polémica republicana, ¡nómbre!, al contrario, procura que la ofensa alcance el extremo del no retorno. Entre bambalinas cuentase de aficiones que impiden “echarle rienda” aunque son historias que bien dibujan su permanente estado de belicosidad que incluso podría ser factor de las derrotas sufridas por el PAN en los últimos tiempos…y las que vienen. A Germán le puede suceder lo que a cualquier entrenador de fútbol cuyo equipo pierde hasta en su casa. Pero bueno, lo cierto es que Germán vino, vio y comprobó que en Tamaulipas el PAN está ¡out!. Sea que debilitado por las traiciones, los pleitos y las ambiciones se encamina a la guillotina electoral. Y si no pa’l baile vamos. SUCEDE QUE ¡Bingo!, Roberto Madrazo sacó su libro que llamó “Despojo”, ahí el cinismo alcanza excelso grado de sublime. Nomás vea lo que dice del sistema que lo creó: “es un club privado donde políticos y empresarios hacen grandes negocios al amparo del poder”…lo dicho, ya no hay moral. Esperemos que pronto Elba Esther publique lo que podría llamar: “Memorias de una santa”, digo, pa’ que queden más o menos parejos. Y hasta lueguito.