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¿Otra guerra cristera?

Max Avila

16 de noviembre, 2009

Antonio González Sánchez, obispo de Victoria, se está convirtiendo en un ícono de la insurrección Y es que en sus críticas agarra parejo, sea que no respeta chipote con sangre sea chico, sea grande. Don toño en sus sermones se ha dejado caer en especial contra legisladores y otras autoridades federales, no solo por el incremento de impuestos sino por lo dificultoso que se ha vuelto la vida. Aceptemos que el hombre se ha colocado al lado de los pobres, aunque el escribidor lo toma más bien como una pose publicitaria, conocidas que son sus relaciones con los dinerosos, de otra forma no podría conservar la ostentación que asume y presume. Lo ultimito de su Señoría, dicho apenas este domingo en la misa estelar fue que, “ en México existen condiciones para otra revolución”, ( Expreso, pag. 8, edición 16/XI/09). Y los presentes que seguramente levantaron la ceja pensando si el santo varón estaría hablando en serio o nomás era “un decir” pa’ recuperar el raiting arrastrado al fondo después de la visita de famosos artistas con motivo de la feria estatal donde por cierto la Guzmán no pudo llegar por las razones conocidas, pero otras y otros sí como “la chica de oro”, Pedrín Fernández y creo que hasta “Paquita la del Barrio”. Incluyamos el berrinche de Emmanuel por ciertos detalles técnicos que empobrecieron su actuación sin que ello obstara pa’l lucimiento y magnificencia del evento. De manera que la opinión del obispo González pudo tener objetivos publicitarios o “de marketing” como ahora le llaman, pero no deja de ser grave y por lo mismo debiera ser llamado al orden por los funcionarios respectivos. Y es que casi, casi, está incitando a que el respetable se rebele al supremo gobierno; ya solo falta que reparta o diga o’nde están las armas pa’ entrar de lleno en la preparación de otra guerra cristera, que Dios guarde la hora. En este sentido el escribidor sostiene que si a Monseñor tanto le importa la pobreza de su rebaño bien haría en encabezar la inconformidad, pero no desde el púlpito sino en la calle tal cual lo hacen las víctimas del gobierno panista bajo la convicción de que el régimen federal ha degradado la calidad de vida a mínimos insoportables. Y ha de disculpar pero si se trata de poner el ejemplo, basta que don toño se despoje de sus extravagancias recordando el voto de humildad profesado al inicio del ejercicio sacerdotal. Digo, es lo menos, y no andar con ridiculeces. Ya ve que sin tanto alboroto don Samuel Ruiz, el emérito de san Cristóbal, apoya abiertamente al Sindicato de Electricistas en su digna lucha al igual que otros de sus colegas, incluido el obispo de Chihuahua, quienes viejitos y todo pero tienen “los desos” bien puestos. Don toño debiera agradecer que para pesar de Isabel la católica, creadora de la Inquisición, esta ya no existe en México, de otra forma y después de excomulgarlo, ya le hubieran colocado el traje de san Benito pa’ ipso facto llevarlo al quemadero. Y todo por andar de revoltoso. Usted dirá que ni a Hidalgo lo llevaron a la hoguera, y tiene razón pero fue porque no pudieron que a los realistas ganas no les faltaron, solo que don Miguel sí fue líder auténtico y no un aprovechado ni oportunista de las circunstancias. ¡Ah bruto!, se me hace que a quien van a excomulgar es a otro. SUCEDE QUE Los dipus federales están tan alejados del país y sus broncas que hasta decretaron su propio tiempo, sea que cuando declaran receso también paralizan el reloj de la cámara, quesque pa’ mantener “el horario legislativo”. La única explicación además de hacerse güeyes es que se volvieron locos, tanto que les vale progenitora permanecer trepados en un planeta que vaga por el infinito consumiendo más tiempo que vida. Sea que jugando a las “estatuas de marfil” los gachos nos parten la mandarina con singular alegría. Hasta la próxima.
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