Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de mayo, 2009
Ciertamente las campañas apenas cumplen hoy 10 días, de los 60 que están contemplados en el calendario electoral. Apenas han arrancado y para colmo, mal, como resultado de la crisis sanitaria que no termina por superarse y que restringe el campo de acción de candidatos y partidos. En términos generales estos 10 días han sido de arrancar motores. Si alguien sabe que hay campañas, son los militantes de los partidos y alguna que otra gente, en función de sus actividades, por ejemplo, quienes nos desempeñamos en los medios. A 10 días de iniciadas, las campañas se sienten frías, en especial las de los partidos contrarios al PRI. Hasta ahora esa escasa la propaganda de candidatos en medios y en calles. Hay pocos espectaculares, escasas bardas y los pegotes y volantes, apenas se empiezan a ver. El PRI no se escapa a este ambiente de frialdad. Ciertamente se ve y escucha más que sus competidores, pero le falta un mayor empuje a la campaña. Algo tendrán que hacer los partidos para motivar a la ciudadanía a que se involucre más en las campañas, que para colmo son intermedias y no se pueden comparar con el entusiasmo que provoca una elección presidencial, la de gobernador o la de alcalde. Ahí hay más abundancia de recursos y sobran militantes que participen en las campañas, motivados porque su candidato gane y los pueda ayudar a colocarse en determinado cargo público. O por lo menos que les permita cobrar cada quincena, al menos para los refrescos. En otro tema, desde hace más de 100 días, Manuel García Urzúa está al frente de la secretaría general del Sindicato Nacional de Alijadores, que agrupa a 90 secciones con más de 10 mil miembros en todo el país. García Urzúa, quedó al frente del sindicato luego del deceso del anterior secretario general Benigno Álvarez Guerrero. Con todo y que se trata de una posición nacional, hasta ahora García Urzúa se ha mantenido como un dirigente de bajo perfil, pareciera que no le interesa que se haga ruido en torno a su nuevo liderazgo y eso es algo que contradice su propia forma de ser. En diciembre de 1992, cuando se concretó la salida del profesor Pedro Pérez Ibarra de la CTM, como resultado de que huyó del país luego de que se le responsabilizó de los destrozos en los puentes I y II, Manuel García Urzúa figuró como candidato a sustituirlo, respaldado por una ligera mayoría de los secretarios generales y del propio Pérez Ibarra, pero al final José María Morales le ganó la partida al obtener el apoyo de Fidel Velázquez. García Urzúa quedó dolido por la forma en que lo hicieron a un lado y desde entonces asumió una actitud crítica hacia la CTM, a tal grado que hubo un momento en que se pretendió expulsarlo, pero no lo lograron por pertenecer a un sindicato nacional. Hoy que García Urzúa dirige al sindicato nacional de alijadores y empleados en agencias aduanales hay quienes futurizan que se convertirá en el nuevo dirigente de la CTM, aprovechando su posición nacional y aprovechando las simpatías de que sigue gozando de una buena parte de los dirigentes de los sindicatos locales. Si a eso se agrega que el actual dirigente, Francisco Martínez Cortés, ejerce un liderazgo muy gris, el panorama se presenta favorable para García Urzúa.