Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de junio, 2009
Es un juego de campeonato y el partido está en ceros en la parte baja de la novena entrada, con casa llena, sin out y viene “el designado”, por supuesto el manager del equipo en turno se frota las manos, sabe que un toque de bola sería suficiente y sin embargo ordena bateo libre porque también un elevado a la profundidad del campo le otorgará el triunfo en pisa y corre, el poder del bateador da para eso y más, aunque como siempre, va por todo y en ese ir por todo quiere vaciar las bases. Su rostro es de satisfacción tiene todas las de ganar y solo una desgracia podría perderlo. Una desgracia como hace tres años y es lo que menos desea en lo que puede ser su último juego, nadie sabe pero él ya piensa en el retiro y cumplido su ciclo quiere irse como triunfador. Imaginemos que el manager es Ricardo Gamundi y que el equipo es el PRI con sus camisetas de “campeón” listas para ser utilizadas en cayendo la carrera que sus fans esperan, aunque esto no se acaba “hasta que se acaba”, sea hasta que se canta el out 27 y eso lo saben , bien que lo saben, aquellos que entienden de pasiones y el béisbol, señoras, señores, es una pasión. Instalados en el proceso electoral que vivimos, Mitofsky que presume de adivinador o adivinadora, pa’l caso es lo mismo, anticipa ventaja al tricolor cuando menos dos a uno en los distritos más débiles, a saber Mante y Tampico, según el pitoniso (a). Y el dirigente lo cree, hasta donde la realidad lo permite y su optimismo lo concibe. Y es que esto es también como en el béisbol, un abanico de estrategias donde hasta el “blofeo” es cosa seria. Una seña en falso o cambiada en el último segundo puede definir el partido y en más de las ocasiones las trampas y las mañas cambian el rumbo de la noche. Así como la derrota es huérfana, el triunfo no tiene comparación. De acuerdo a Mitofsky la victoria absoluta en Tamaulipas es del PRI, sin margen para los desplantes y las provocaciones del PAN, el tricolor ha de salir airoso dice, aunque desde el inicio la duda permanece instalada en algunos distritos. Hace tres años, ¿quién creía en la victoria por ejemplo, de Omeheira en el distrito de Río Bravo?. La campaña de esta pudibunda dama se había concretado a algunas reuniones alrededor de “loterías” sin alcanzar tan siquiera categorías de “kermesse” de barrio. Así ganó “y sobrao”, ¿cómo?, nadie se lo explica. Y si la memoria no falla, fueron los casos de Tampico, Madero, Reynosa, Matamoros, muy a pesar de los augurios en los que participaron las más creíbles encuestadoras. Como dirigente del PRI para Gamundi es muy loable “el carro completo” o la modalidad del “ocho por ocho”, aunque habrá que revisar si Mitofsky solo cumple su “chamba” de llevar felicidad a sus clientes o en verdad es tan valiente como para ser objetivo y crudo en sus estadísticas aunque eche a perder sueños y esperanzas. La dirigencia estatal del tricolor ha hecho lo que corresponde para ganar, no hay duda y en este sentido también tiene la obligación de asumir la duda, máxime cuando algunos de sus candidatos siembran desconfianza y es el sentir del sector crítico del electorado que ya no están dispuestos a entregar su voto sin condiciones…he aquí el peligro, diferente al voto anulado que no es contra candidatos sino contra el sistema. ¿Hasta dónde los candidatos cumplen las expectativas ciudadanas?. El de la voz considera que ahora como jamás, los presuntos diputados federales han sido cuestionados sobre el valor de su estancia en el congreso de la Unión…y creo que airosos, airosos, lo que se dice airosos, no han salido. Lo cierto es que Mitofsky trajo alegría al PRI tamaulipeco justo cuando la visita de la Bety es inminente, y psssss que bueno, ¿no?. SUCEDE QUE Huérfanos y con la tragedia de “mamá grande” a cuestas, los candidatos del PANAL lo que desean es que la pesadilla termine, cumplieron la obligación y algunos como Oscar Martín Ramos hasta desempleados resultaron. Bien dicen que en veces la política es ingrata. Hasta lueguito