Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
23 de junio, 2009
El terreno original donde se pensaba construir la ahora Unidad Académica Rodhe de la UAT , hace 25 años, se encontraba junto a la zona roja y por eso se permutó a campesinos del ejido “La Escondida”, reveló el decano universitario Sergio Guerrero. El profesor señala que el fallo de un juez a favor de los ejidatarios ha causado honda preocupación entre el personal docente de la institución en las últimas semanas, pues no se sabe con certeza si serán desalojados o no. Fundador y maestro del plantel educativo desde hace ya 26 años, Sergio Guerrero comenta que la creación de la Facultad de Agroindustrias, como anteriormente se le conocía a la Unidad Académica, nace de la necesidad de cubrir la demanda laboral de la industria maquiladora, que en aquellos años, a inicios de los ‘ochentas’, apenas despuntaba como una alternativa de trabajo en la región. "No fue sino hasta la administración municipal de Miguel Valdez Revilla, cuando se le asigna el terreno (a la UAT) pero desafortunadamente es en un área aledaña a la zona de tolerancia, motivo por el cual se reconsideró su ubicación y es cuando el municipio permutó con los propietarios del ejido la Escondida el predio que actualmente ocupan; situación que al parecer nunca fue certificada ni por las autoridades universitarias ni por las municipales”, recordó el decano. El master Sergio Guerrero analiza cuál sería el impacto social que tendría el hecho de que el fallo del Juez no fuera revocado y antepone el reconocimiento que tiene el plantel educativo durante 25 años. “Durante 5 lustros la Universidad ha preparado generaciones de profesionistas, los cuales se emplean principalmente en la industria maquiladora de la localidad y en algunos lugares del país”, por lo que sugiere que el laudo de la Justicia Agraria debe tomar otro giro. Sobre la preocupación mostrada por los maestros, Guerrero manifiesta que ellos están convencidos de que el centro educativo debe continuar en el mismo lugar y no hay punto de comparación entre beneficios educativos para miles de tamaulipecos y lo que se pueda lograr en producción de alimentos. "La lógica nos hace pensar de que ya han pasado 25 años y no había pasado nada, entonces esto nos lleva a pensar que hay intereses de otra índole, pues en su momento no se afectó a nadie y ¿porque ahora sí salen personas afectadas?”, planteó. Además estos terrenos no estaban produciendo cuando se empezó a construir la Unidad Académica, aunque esto no quiere decir que no fueran tierras productivas, aclara el decano.