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El presidente y la francesita

Martín SIFUENTES

22 de junio, 2009

La tarde de este lunes 22 de junio, el Presidente Felipe Calderón emitió un mensaje en cadena nacional. Tradicionalmente cuando un primer mandatario sale a hablar a los mexicanos, el tema es económico, político, de salud, por alguna tragedia, o de un asunto que tiene que ver directamente con la sociedad de este país. Esta ocasión fue diferente. Calderón se ocupó de un tema por el que bien pudieron haber dado la cara el Procurador General de la Republica o la secretaria de Relaciones Exteriores. Por una razón evidentemente de imagen , Felipe Calderón se plantó ante las cámaras y habló de la ciudadana francesa Florence Cazzes, detenida en México desde el 9 de diciembre de 2005, acusada de delitos como secuestro, delincuencia organizada y portación de armas prohibidas, y otras lindezas. Con voz firme y expresión enérgica, el presidente dejó en claro que la francesita no será trasladada a cumplir su condena a Francia, que tendrá que cumplir con los 70 años a los que fue condenada por los tribunales mexicanos. Recordó que en el mes de marzo pasado se creó una comisión México-Francia para revisar el Convenio de Estrasburgo, que permite el traslado de reos de un país a otro, pero que en el caso de Florence, no procedió. “No existen las condiciones para que la condena de esa persona se cumpla en su país de origen. Reiteramos el compromiso de este gobierno contra la ilegalidad”. Y remató contundente el presidente: “Estamos comprometidos para que las victimas del secuestro y sus familias encuentren justicia. Nadie en México, independientemente de su condición social, o de nacionalidad, puede sustraerse al cumplimiento de la ley”. El pasado marzo visitó México el presidente francés, Nicolás Sarcozy. Mucho se habló en ese entonces de que el gobierno mexicano doblaría las manos, ya que se decía que uno de los objetivos principales de la visita del mandatario galo, era lograr obtener el traslado de su compatriota Cazzes a alguna cárcel francesa. La visita de Sarcozy pasó sin pena ni gloria. Francia no representa mucho peso en los intereses de México en el extranjero. Sus esfuerzos por repatriar a su paisana no rindieron frutos. No lo logró y la rubia delincuente se queda aquí. Francia y su presidente pelearon por una secuestrada en Colombia y por una secuestradora en México. La opinión publica nacional, en su momento, dio la espalda a Florence Cazzes. Para la sociedad mexicana, un crimen que la agrede y la lastima, es el secuestro. Y más cuando se comprueba la saña y violencia con que actuaba la banda a la que pertenecía esa mujer. Golpe maestro del Presidente. A los ojos de millones de mexicanos, esa decisión lo coloca como un mandatario fuerte, decidido a hacer cumplir la ley. Suben sus bonos, su imagen se fortalece. Y de paso le da una ayudadota a su partido.
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