Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
19 de junio, 2009
* La apariencia tosca y su lenguaje pueblerino provocaron de inmediato la hilaridad del público. Entonces ocurre el milagro, la transformación repentina digna de un cuento infantil. Tras la fachada de cuarentona fea se escondía un talento insospechado. EL PROXIMO 4 de Julio, cuando Estados Unidos celebre el aniversario 232 de su declaración formal de independencia, el Presidente BARACK OBAMA tendrá una invitada muy especial. Una desempleada escocesa de aspecto y modales rústicos que hasta hace un par de meses era una perfecta desconocida y hoy está convertida en celebridad mundial, con multimillonarios contratos en puerta y una vida completamente transformada. El 11 de abril pasado SUSAN MARGARET BOYLE concurrió a la primera eliminatoria del programa de aficionados “Britain's Got Talent” que desde hace tres años produce la emisora ITV, sin mayores expectativas del jurado o del público. La apariencia tosca y su lenguaje pueblerino provocaron de inmediato la hilaridad colectiva. El propio jurado (conformado por el periodista televisivo PIERS MORGAN, la actriz AMANDA HOLDEN y el productor SIMON COWELL, todos británicos) tuvo que hacer un gran esfuerzo ante las cámaras para disimular la burla que BOYLE inspiraba. Limitada en su vocabulario, SUSAN yerra al decir su edad al decir que tiene 47 años cuando sus biógrafos señalan que nació el 1 de abril de 1961 y para la fecha del certamen ya había cumplido los 48. DEL ESCARNIO AL APLAUSO CON OPORTUNIDAD, las cámaras de ITV habrán de registrar, paso a paso, la reacción de la gente ante cada expresión y cada gesto de BOYLE. Sorprende, desde luego, el infeliz contraste entre su evidente primitivismo y la actitud desinhibida que asume en el escenario, demostrando una capacidad notable para el autoescarnio. Se ríe de si misma antes de que otros lo hagan. Hay gestos de repulsión entre los asistentes más jóvenes mientras ella confiesa al jurado su sueño de convertirse en cantante profesional, explicando que si no lo ha logrado todavía es por falta de oportunidades, aunque confía en que eso cambie pronto. Y cuando dice su edad (47, en realidad 48) la reacción general es tan jocosa que la propia BOYLE hace mofa de ello reposando la palma derecha sobre su cintura y contorneando la pelvis como bailarina de cabaret, mientras afirma en tono desfachatado: “y esa es sólo una parte de mí” (“and that's just one side of me”) provocando una mirada de pánico en SIMON COWELL, el más hostil de sus sinodales. Al lado izquierdo de COWELL, la expresión de AMANDA es de compasiva ternura, mientras que MORGAN la observa con una mirada distante, acaso cercana a la misericordia. Y cuando SUSAN revela que quisiera ser tan famosa como la cantante de opera-pop ELAINE PAIGE, el auditorio revienta a carcajadas. Captada al momento justo, una chica del público voltea hacia su vecina de butaca repitiendo el deseo de BOYLE con un gesto de repulsión (“ELAINE PAIGE!”, repite indignada). La animadversión no acaba cuando SUSAN anuncia que cantará “I Dreamed a Dream”, pieza principal del “Los Miserables”, espectáculo musical que data de 1980, basado en la novela clásica de VICTOR HUGO. La cámara se mueve tras bambalinas siguiendo al personal de producción que oprime con su dedo el botón que da inicio a la pista de audio mientras la cantante aguarda. Y EL GOLPE OCURRIÓ… EL RESTO de la historia es de sobra conocido. Corren las primeras notas de la melodía mientras AMANDA HOLDEN (sin duda, la más empática de los tres críticos) inclina el torso hacia atrás para descansar sus palmas sobre la nuca, armada de toda la clemencia posible. Entonces sucede el milagro… De la garganta de esa tosca mujer empieza a brotar una voz melodiosa y potente que fluye sin vacilación, con cadencia y gran colorido tonal. A la fecha, millones de visitantes de YouTube vuelven una y otra vez al momento mágico, cuando ocurre esa transformación súbita digna de un cuento infantil y queda al descubierto que tras la fachada de cuarentona fea se escondía un talento insospechado. Sin duda BOYLE hace suya la letra, acaso porque la identifica con sus deseos más profundos, cuando arranca diciendo... -“I dreamed a dream in time gone by, when hope was high and life worth living. I dreamed that love would never die. I dreamed that God would be forgiving.” (“Yo tuve un sueño de tiempos ya idos, cuando mi esperanza era grande y la vida digna de ser vivida. Yo soñaba que el amor nunca moriría y soñaba que Dios me perdonaría”). Transfiguración absoluta. Ahí donde antes reinaba la rechifla nace de súbito la ovación plena. El rostro sarcástico de SIMON COWELL es el más consternado, PIERS MORGAN sonríe con fascinación y AMANDA HOLDEN aplaude de pié. Se convirtió entonces en presagio cumplido el comentario expresado por BOYLE poco antes de subir al escenario, cuando dijo con una confianza absoluta: “"I will rock the audience” (“Voy a sacudir al público”). Desde luego, ganó por unanimidad la eliminatoria, triunfando después en la semifinal y quedando en un sorpresivo segundo lugar en la gran final que se verificó el 30 de mayo. Y aunque la dama sufrió un colapso nervioso tras no alcanzar el primer premio, su sueño de alcanzar la gloria súbita parece estar cerca. Gracias a la proyección lograda en Internet, hoy le llueven ofertas. Expertos del espectáculo comentan que una eventual gira por Estados Unidos podría dejarle ganancias por 8.9 millones de euros (12.35 millones de dólares). Coincidencia feliz, la canción con la que SUSAN BOYLE “golpeó” a su audiencia aquel inolvidable 11 de abril (“I Dreamed a Dream”) es conocida en España con el sugestivo título de “Soñé con ser otra mujer”. ¡Y en efecto, así fue!... BUZON: vivatamaulipas@prodigy.net.mx WEB: http://vivatamaulipas.blogspot.com