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Rumbo perdido

Martín SIFUENTES

1 de junio, 2010

Si acaso es verdadera la versión de que este miércoles estará en Tamaulipas el líder nacional del PRD, Jesús Ortega Martinez, bien haría en aprovechar la visita para poner orden en el partido del Sol Azteca. La duda sobre la veracidad del informe que habla de la visita de Chucho, se basa en que, lejos de pasearlo por centros urbanos importantes, o poblaciones en las que alguna vez el perredismo tuvo presencia, supuestamente visitará San Carlos, Abasolo, Soto La Marina, Llera y Jaumave. ¿Y que se pretende con llevarlo a esos (políticamente hablando) diminutos municipios?, ¿Por qué no decirle mejor del lio que se traen los perredistas en Reynosa, en Matamoros, en Altamira y en algunos otros municipios, en donde “distinguidos militantes”, se hacen garras unos a otros, destruyendo de paso lo poco que queda del partido en este estado? Ya lo mencionábamos en alguna colaboración anterior. Si el PRD consigue algo en este proceso electoral, será únicamente gracias a un “externo”, que sin ser perredista, sin ser de izquierda, sin conocer sus estatutos y aun sin el apoyo interno, va a lograr por lo menos, más votos que en su última aventura electoral en Tamaulipas. Pero de ahí en fuera, este partido, está partido. Desde la cabeza, hasta el más humilde de los comités electorales en Antiguo Morelos o en Villagran. En Reynosa, renuncia un tal Félix Catorce Zacate. Y hoy, dos personas se autonombran “candidatos”. Marcos Heredia y Miguel Treviño Rabago, se disputan el pedazo de bandera que aún queda del perredismo reynosense. En Victoria, un candidato a diputado, Félix Mezquitic, acusa a su líder estatal de “jinetear” el dinero de las campañas. En Matamoros, un candidato a diputado, Leobardo Salazar Porras, “El Lobo”, se dijo enfermo y con problemas familiares, y 24 horas después, “se alivió” y sus conflictos se solucionaron. Y su renuncia no fue efectiva. Ejemplos, sobran. Aún hay más. Y esto, retrata claramente lo que es el Partido de la Revolución Democrática. Un partido que hoy por hoy, tiene un candidato en la cárcel. Y que a nivel nacional, igualmente se deshace en luchas internas. Y Carlos Navarrete se “destapa” para la presidencia de la republica. Rumbo perdido. Intereses mezquinos, por encima de los intereses de partido. Hoy más que nunca, no se entiende como el PAN pudo aliarse en algunas entidades con un partido con el que no tiene absolutamente nada en común.
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