Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de abril, 2015
• Candidaturas sui generis
La primera semana de campaña oficial de los candidatos a diputados federales va paulatinamente mostrando la personalidad de cada uno de los aspirantes a integrar la Cámara Baja y, desde luego, las características propias de la que será la elección con mayor presupuesto de la historia.
Se destinarán 21,000 millones de pesos de los fondos públicos, entiéndase dinero de los contribuyentes, a las diferentes actividades que implica determinar el siete de junio quiénes ocuparán los 500 escaños congresionales y ocho gubernaturas (una más de ellas se decidirá el 19 del mismo mes). Desde luego, asumiendo ilusoriamente que no habrá ninguna impugnación en el proceso electoral.
Quizá nunca como en la presente campaña cada uno de los distritos tiene características únicas. Atrás han quedado los tiempos de carro completo y copeteado que disfrutaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Ahora hay que ganar palmo a palmo las elecciones, ninguna es fácil ya, para ningún partido. Están polarizadas, cierto, en el caso de Tamaulipas, entre el PRI y el Partido Acción Nacional (PAN), con excepción del distrito con cabecera en Cd. Victoria, pero no se puede menospreciar el peso de los ocho partidos restantes, puede alguno de ellos ayudar a inclinar la balanza en el final de la contienda.
Pero hablando de situaciones particulares, en el caso Reynosa, Segundo Distrito, donde se perfilaba con un gran potencial personal y desmedido apoyo la aspiración de María Esther Camargo de Luebbert, asombra el gran número de comentarios adversos sobre su desempeño ya como candidata y más, cuando éstos se adjudican en buena medida a la absorbente compañía de su cónyuge, ex senador, ex alcalde, ex diputado federal y prácticamente eterno aspirante a la gubernatura tamaulipeca Oscar Luebbert Gutiérrez. ¿Temor a dejar a la sonorense, ahora avecindada y asimilada en Reynosa, María Esther en libertad de que brille con luz propia y actúe bajo su criterio?, ¿Añoranza por gloriosos tiempos políticos idos?, ¿Confusión sobre desempeño que debe tener en la contienda política actual?
Midiendo las diferencias, que son bastante grandes, el ex presidente Bill Clinton hizo una declaración ante la inminente postulación de su esposa Hillary Clinton a la Presidencia de los Estados Unidos, que ocurririó el domingo 12 de abril, expresando que él se mantendría atrás del foro (Backstage) y que sería ella la protagonista de la campaña que se avecina y, para abundar, indicó que dedicaría su esfuerzo a la Fundación que preside.
En el plano reynosense, Oscar si bien no tiene una Fundación que manejar, sí tiene un equipo de béisbol al que puede dedicarle todo su esfuerzo, que, además, también recibe aportaciones, al igual que las fundaciones. Los reynosenses y ahora los nuevolaredenses estarían felices de que el equipo se corone. Con suerte y la pareja Luebbert logre doble corona, triunfo político y deportivo empresarial.
La campaña va apenas comenzando, hay mucho terreno por recorrer y recuperar, en su caso, y lo anterior no quiere decir que todo resultará fácil para el texano-tamaulipeco (así se definió en reciente entrevista) Ismael García Cabeza de Vaca, investido con la candidatura panista en contraposición de Camargo Luebbert.
Para Ismael, hermano del senador Francisco de los mismos apellidos, su consanguineidad le ha permitido en muy corto tiempo ocupar un lugar ya prominente en la contienda política. Su triunfo electoral representaría mucho más que una diputación federal. Fortalecería dentro del PAN al grupo de su hermano, a quien se le allanaría el camino hacia la gubernatura tamaulipeca.
DEBATIR O NO DEBATIR
Un aspecto que ha sido materia de discusión y contradicción es la participación en los debates de los candidatos a diputados y se han hecho declaraciones en las que algunos aspirantes expresan amplia disposición e inclusive suficiencia, en tanto otros consideran que es recurso de quienes no se encuentran bien posicionados en las preferencias electorales.
Pero debatir es la esencia de la función legislativa. No se puede imaginar a un grupo parlamentario dominante negándose a participar en el debate porque sería darle fuerza a sus oponentes en minoría. ¿Cómo legislar sin confrontar ideas, argumentos y posiciones?
El debate debe ser esencia, instrumento, vocación, parte intrínseca, infaltable e inherente a un diputado federal. Es pilar de la democracia.
Quién no quiera debatir no merece ser, ya no diputado, sino ni siquiera candidato.
Los ciudadanos merecen conocer los recursos intelectuales y dialécticos (si los hay) de sus candidatos.