Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
6 de octubre, 2014
Las noticias que llegaban de África sobre la propagación del ébola, enfermedad que ha dejado como saldo trágico miles de personas fallecidas y otras bajo tratamiento en situación muy crítica, parecían muy lejanas.
El sorpresivo como inesperado caso registrado la semana pasada en la ciudad de Dallas por una persona que llegó recientemente de una de las áreas de contagio de la enfermedad en África ha causado una lógica alarma, no solamente de la población y autoridades texanas encabezadas por su gobernador, Rick Perry, sino de los Estados Unidos, puesto que es el primer caso registrado en territorio norteamericano, si bien al momento hay ya cinco estadounidenses infectados oficialmente.
Tras darse a conocer el caso, luego de su comprobación en uno de los 13 centros especializados de la Unión American establecido en la capital texana, Austin, fue convocada por el gobernador Perry una conferencia de prensa donde no solamente se confirmó la existencia del caso positivo de infección ebólica, sino que se estableció que se habían iniciado las investigaciones para determinar el estado de salud de las personas que tuvieron contacto, o posible contacto, con el paciente ya en tratamiento y aislado lógicamente en ese momento en el Hospital Presbiteriano de Dallas.
Austin está, ciertamente, muy lejos de la frontera y particularmente del Valle de Texas, pero también está muy lejos África, lugar de origen del contagio de este virus para el que, las fuentes de salud acreditadas internacionalmente, afirman que se contará con una vacuna hasta el mes de abril del próximo 2015.
Dicho lo anterior porque el caso registrado en los Estados Unidos prueba que ninguna parte del mundo está exenta a una réplica o propagación de la enfermedad, sin entrar en detalles de los factores que puedan propiciar tal situación.
La Organización Mundial de la Salud ha reafirmado que el contagio no se produce por el aire y que para que éste se dé tendría que entrarse en contacto con los fluidos producidos por un enfermo, como saliva, sudor u otros.
Otro aspecto a considerar es que el portador de la infección no la transmite en tanto no se den los síntomas iniciales, como fiebre intensa, cansancio y dolor de cabeza, que se manifiestan entre 2 y 21 días después del contagio.
Ahora bien, luego de conocer generalidades del ébola la pregunta que quizá nadie pueda responder sería si en algún momento dado en la frontera texana, que lo es con Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, podría darse un caso de ébola o bien propagarse la enfermedad en esta región.
La sola idea de que algo así sucediera, por tratarse de una zona de gran movilidad internacional, desde luego que espanta, y si agregamos que de acuerdo con expertos internacionales América Latina no cuenta con recursos como Estados Unidos para hacer frente a una amenaza de este tipo, las autoridades sanitarias, particularmente las mexicanas y con mayor énfasis las de los estados fronterizos, deben sin duda a estas alturas, suponemos, haber establecido las medidas de prevención necesarias.
Hablamos con bastante frecuencia de la globalización y cómo, particularmente la región del noreste de México y Texas, por su gran actividad comercial y ahora con una inminente detonación de nuevos proyectos de hidrocarburos, recibe a gente procedente de todas partes del mundo.
Los puntos de entrada internacionales y aun los que no lo son, deberán ser debidamente vigilados y supervisados bajo las indicaciones de los especialistas en el tema. Todas las precauciones deben de ser tomadas en cuenta. Es lo único que, por ahora, se puede hacer para prevenir.
Si alguien viajó recientemente a África Occidental debe indicarlo a su arribo a esta región, o bien, si sabemos que alguien lo ha hecho, debemos decirle, que, como medida rutinaria, debe manifestarlo a las autoridades y hacerse los exámenes de salud correspondientes en este caso.
Como dato irónico, el liberiano Thomas Eric Duncan, primer infectado con ébola en Estados Unidos, que se encuentra aislado y atendido en un hospital de Dallas, en caso de lograr salvarse, probablemente tendrá que enfrentar un proceso judicial por tratar de propagar la enfermedad que lo afectó a él gravemente.
La buena es que estaría vivo y aquí recordamos una expresión de la más auténtica sabiduría ranchera tamaulipeca: "Del pozo no sales y de la cárcel puedes salir".