Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
28 de febrero, 2010
Por todos es sabido que lo relacionado con el combate a la delincuencia organizada, es un tema del que se encarga el ámbito federal. Sin embargo, para el vecino del municipio que usted quiera, de cualquier colonia y para el ama de casa que en la semana pasada fue victima del miedo, “ni el alcalde, ni el gobernador, hacen nada”. Acéptese o no, los destinatarios de los mil y un comentarios por incapacidad e inmovilidad, fueron los municipios y el gobierno estatal. La semana pasada, tendrá un costo político. Nuevo Laredo, la Ribereña, Valle Hermoso, Reynosa, Matamoros, Victoria y Tampico, localidades en donde se vivieron los peores horas de miedo, tienen gobiernos priistas que buscan refrendar en el próximo mes de julio. Algo muy importante tendrán que hacer, pues el descontento social es grande. Ya para el fin de semana, el ayuntamiento reynosense y el gobierno estatal tomaron medidas para atajar rumores; el primero, se dio de alta en Twetter y personal de la dirección de gobierno se encargara de enviar los mensajes, digamos que oficiales a la ciudadanía. Gobierno del estado, coloco un mensaje en su pagina de Internet, en donde hace un llamado a “no hacer caso de rumores”. Pero el impacto social ha sido demoledor. Y a tal grado, que el optimismo con que navegaba el barco priista, se puede convertir en preocupación. Aquí, no es la cuestión simple de explicarle a la sociedad que es al gobierno calderonista, a quien le corresponde velar por la seguridad de los mexicanos en cuanto a delitos del orden federal. El problema va más allá. No nos da la impresión de que la psicosis haya sido preparada. Más bien fue un hecho circunstancial que creció y se volvió incontrolable. Pero que puede ser aprovechada políticamente, indudablemente que si. Y por increíble que parezca, esta semana de miedo, le pego al PRI. A 4 meses de la elección, el tema se convertirá en uno de los más recurrentes. Será como una papa caliente que se lanzaran un partido y otro.