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Que no descarten a Diego Alonso

Martín SIFUENTES

8 de febrero, 2010

Así como se esparció el rumor de que el empresario aduanal tampiqueño, Diego Alonso Hinojosa, emergía como “el fiel de la balanza” y llegaba a solucionar el entrampado caso de la designación del candidato panista a la gubernatura del estado, se disolvió rápidamente. El mismo Presidente del CDE de ese partido, Francisco Garza de Coss se encargó de desmentirlo, y lo hizo con inusitada rapidez. “No le interesa a Diego Alonso, él está muy ocupado en sus negocios”, dijo para atajar la especie. Pues que lastima, si es que acaso es cierto. Sin embargo, sabemos que aun está latente esa opción. Que Diego Alonso Hinojosa, se puede alzar con una candidatura que, ni ha buscado, ni ha peleado, y que tampoco mucho le interesa. Pero a la que no se podría negar, si la invitación viene directamente de alguien, que se dice, es su pariente: Felipe Calderón Hinojosa. El tampiqueño le ha hecho dos veces la maldad al PRI. Recordemos que en el 95, derrotó nada menos que al empresario Álvaro Garza Cantú. Y que en el 2000, le repitió la dosis, venciendo en las urnas al sobreviviente del “quinazo”, Gustavo González García. Como alcalde porteño, tuvo mil problemas con priistas, pero finalmente salió bien librado. Como diputado, tuvo una que otra actuación brillante. Se le recuerda como presidente de la Comisión de Comercio y Fomento Industrial que existía en aquella legislatura, y como el impulsor de la iniciativa para hacer obligatoria la comparecencia de legisladores ante sus electores, es decir, que rindieran un informe. Sobrino de doña Oralia Guerra Hinojosa, madre del ex gobernador, Américo Villarreal y primo político del ahora diputado, Morelos Canseco Gómez, Diego Alonso no es una carta despreciable. Bien relacionado empresarialmente, con buena imagen publica, y sobre todo, sin ninguna sospecha de malas amistades, el PAN no lo ha descartado. Apúntelo como el as bajo la manga. Aunque se diga lo contrario. Y lo que de plano no cuadra, es que se diga que el rumor de Diego Alonso, fue esparcido por gente del equipo de Cabeza de Vaca, porque es a quien menos le conviene que su partido dirija la mirada al tampiqueño. Así las cosas, el PAN sigue sin definición. Y no se ve para cuando. La dirigencia estatal ha quedado como mera espectadora. Ya repartió las “invitaciones” para los que quieran ser candidatos a alcaldes. A ver cuantos se apuntan. Y cuantos “pasan la prueba”.
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