Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
19 de enero, 2010
Las pasiones casi se derramaron este martes 19 de enero. Pasadas las 10 de la mañana, el rumor comenzó a cobrar fuerza. “Es Rodolfo, ya está confirmado”, decían miles de llamadas y mensajes telefónicos y en las redes sociales de internet, como face book y Twitter. Y nadie el CDE del PRI salía a parar o desmentir. Mucho menos a confirmar. Se dejó correr. Y hubo voces que manifestaron su alegría. “Que bueno que los malsanos intereses del centro no intervinieron en Tamaulipas”. “El gober pudo controlar la situación”. “Las decisiones se toman aquí, no en el Distrito Federal.” “¡Madruguete!”, dijo otra voz. Hasta pasado el mediodía, Ricardo Gamundi dijo vía telefónica a la televisión de Matamoros: “Mientras no hay convocatoria, no hay nada para nadie”. Y de inmediato llamó a conferencia de prensa para después de la una de la tarde. Lo cierto es que ya no se podía detener más el tema. Era como una olla de presión a punto de estallar. Y la salida que se encontró fue muy sencilla: Convocatoria, el miércoles 20. Y ya después, lo que sigue. El representante del CEN, senador Ramiro Hernandez, llegó a Tamaulipas en el momento justo. Hizo a un lado a Salomón Rosas. Hábil y escurridizo, dijo que las reglas y los procedimientos los va a establecer la convocatoria y finalmente, serán los propios priistas tamaulipecos, los que decidan quien será su candidato. Nadie le creyó. Nunca como en esta ocasión se había vivido un proceso de elección del candidato priista a la gubernatura de Tamaulipas. Es único, inédito, misterioso. No recordamos, en lo que nos ha tocado vivir desde que tenemos uso de razón politica (era chamaco, pero me recuerdo haber leído desde Enrique Cárdenas González) un parto tan alargado, tan comentado y más lleno de asegunes y suposiciones, como el que vivimos actualmente. Hasta hace unas semanas, todo parecía ir bien. Es más, desde que se anunció el cambio en la fecha de elección y por ende, el adelanto de tiempos, no se vio obstáculo alguno en el alumbramiento. Pero todo cambió. Luego del destape en Chihuahua, se vino a Tamaulipas el nervio. Y arreciaron las conjeturas, las apuestas, los dimes y diretes. Pero la tormenta pasó. Nos queda claro que quien llevó mano en la decisión fue el gobernador. Si, hubo de estar en medio de tremendos jaloneos, pero no hay duda de que tiene la mano bien puesta en la rienda y que no la perdió. El sabía que estaba ante una definición histórica, y que debía sacar adelante su proyecto. Hoy conoceremos pues los términos de la tan esperada convocatoria. No debe haber sorpresas. Y es que lo que está en juego, es nada menos que el futuro de Tamaulipas. Pero quienes le entienden a esto, no dudan: Será Rodolfo. Y hoy mismo habrá pronunciamiento a su favor.