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ADIOS: Oscurece El Sol en Tampico con la muerte de Don Rubén Díaz de la Garza

Jorge RABAGO

8 de enero, 2010

A las 10:05 horas de este viernes falleció en el hospital de la Beneficencia Española de Tampico, víctima de un paro cardíaco, don Rubén Díaz de la Garza, quien por más de cincuenta años se mantuvo en el timón de la dirección y gerencia del periódico “El Sol de Tampico”, el de mayor circulación en el sur de Tamaulipas. Don Rubén cumplió noventa años el pasado 22 de diciembre y unos días después ingresó al hospital por una fractura que le resultó tras una caída. La noticia de su fallecimiento corrió rápidamente en todos los círculos sociales y políticos de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, donde gozaba de gran estima el periodista. El siguiente es un reportaje, con título y sumarios, que escribí hace tres años, sobre la fascinante vida de Díaz de La Garza: UN GIGANTE DEL PERIODISMO -De garrotero de Ferrocarriles Nacionales de México a director gerente del Sol de Tampico, a lo largo de más de 50 años. -Lo importante no es llegar sino mantenerse y el hombre ha visto caer la competencia del “Heraldo de Tampico” y “El Mundo”. -Hasta los setenta años edad piloteaba aviones y sufrió tres accidentes en esta su gran pasión. -Se ganó la confianza absoluta del coronel José García Valseca y luego la de don Mario Vázquez Raña. Por Jorge Rábago
 En su juventud, allá en Yucatán, el joven trabajador de Ferrocarriles Nacionales de México nunca pensó que años más tarde sería llamado por políticos y empresarios, por gente muy influyente y poderosa, como don Rubén y no simplemente como lo llamaban a secas sus amigos y compañeros: Rubén. El propio don Rubén Díaz de la Garza, director gerente de “El Sol de Tampico” así lo ha confiado a gente que ha trabajado con él, en momentos que deja a un lado la importancia de su cargo y echa un rápido vistazo a la ventana de los ayeres. En entrevistas realizadas entre numerosos reporteros ya en retiro se obtuvieron anécdotas y parte de la historia de este personaje que ya es toda una institución en Tampico y al que se le denomina el gigante del periodismo, por haber colocado al periódico que dirige en el de mayor circulación y trascendencia en todo Tamaulipas y parte de Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo. Su hija, Hermila Díaz de la Garza no aceptó una entrevista para hablar sobre la trayectoria de su padre y simplemente comentó: No me interesa. No obstante datos aportados por nuestras fuentes señalan que don Rubén nació el 22 de diciembre de 1919 en el estado de Yucatán, aunque sus padres eran del norte de la república. Cosas del trabajo en Ferrocarriles, donde se desempeñó como garrotero, hasta que llegó a la ciudad de Monterrey, donde comenzó a frecuentar las oficinas del periódico “El Porvenir”, a fines de los años cuarenta. Desde hace años vive en el Paseo Bellavista de la colonia Altavista, en una residencia que aseguran le fue regalada por el propio coronel José García Valseca en retribución al buen manejo del diario. Díaz de la Garza se encuentra casado con doña Hermila de la Garza de Díaz y sus hijos son la abogada y notaria pública Hermila, el ingeniero Rubén y la licenciada y maestra Marisela. TODA UNA ESCUELA DE PERIODISTAS De acuerdo a la memoria de los entrevistados, el hombre conoce a Salvador Borrego en la redacción del Porvenir y traba con él una gran amistad. Borrego era brazo derecho del coronel José García Valseca y se le identificaba mucho por defender “La lucha” de Adolfo Hitler. Inteligente como siempre ha sido, Díaz de la Garza conoce a través de Salvador Borrego al magnate periodístico de la entonces cadena García Valseca y se le envía a dirigir un diario en Chihuahua y poco tiempo después llega a Tampico, de donde nunca se ha ido. Con mano firme, el entonces treintañero Rubén se hace cargo de la dirección de “El Sol de Tampico” y tiene como principal colaborador a Roberto Escamilla en la subdirección. “Roberto Escamilla fue mi maestro, de él aprendí todo lo que sé”, ha confiado a sus amigos el conocido periodista Oscar Contreras Lartigue, quien se inició en la Sección de Sociales en “El Sol de Tampico” y luego ocupó la dirección del desaparecido periódico “El Mundo”. Bajo la dirección de Díaz de la Garza han trabajado numerosos periodistas y fotógrafos de reconocida trayectoria, la mayoría ya en jubilación o desaparecidos, como don Manuel Montiel Govea, Joaquín Botello Domínguez, José Gallo González, David Anzures Granados, Ernesto Fernández Mergoza, Enrique Dávila López, Alberto Dávila Ortiz, José Luis Hernández Nava, Raúl Pazos Dávila, Luis Roberto Botello, Arturo Camargo, José de la Luz Vargas Jaime, Ernesto H. Salgado, Jesús Iglesias Leroux, Benito Ramírez (su gran amigo), José Muñiz de la Rosa y José Antonio Lara Dávila. Quienes lo conocieron a su llegada a Tampico, coinciden en señalar que don Rubén era un joven muy ambicioso y lo mismo realizaba entrevistas o tomaba el ‘block’ de inserciones de publicidad para buscar nuevos clientes comerciales que afianzaran la economía del Sol. Pronto se relacionó con los grandes capitanes de la industria y el comercio de Tampico: Los Fleishman, los Holguera, Los Grossman, los Vallejo, los Azcárraga, los Altamirano y hasta los Díaz, ya que el comerciante mueblero, don Pedro L. Díaz era su pariente. Su visión siempre fue mantener a “El Sol de Tampico” como el vocero de la iniciativa privada y a base de ello se ha ganado un sólido prestigio, pues las voces que aparecen en este periódico siempre han pugnado por el progreso de Tampico y toda la región. SU GRAN PASIÓN: VOLAR Ver la ciudad a sus pies fue la gran pasión y entretenimiento de Díaz de la Garza. Durante largos años piloteó personalmente diferentes naves, hasta que ya entrado en los setenta años decidió retirarse en forma muy sabia. Reporteros de la vieja guardia recuerdan que el hombre llegaba a la redacción del Sol a las once horas y saludaba con su tradicional frase ¿Qué hay? A eso de la una de la tarde o pocos minutos después se dirigía a su casa para tomar alimentos y descansar, pero ya a las cuatro de la tarde estaba puntualmente en el aeropuerto “Francisco Javier Mina” para subir a su avión y realizar un vuelo de casi una hora diaria por toda la región. Siempre fue muy hábil piloto, lo que sin duda le salvó la vida en tres accidentes que tuvo. El primero fue cuando era un incipiente aviador y casi llegando a Monterrey tuvo que aterrizar de emergencia en el campo, destruyendo un gallinero. Otras contingencias las tuvo en Barra del Tordo y a la altura del Campamento del Sábalo. SIEMPRE EN ASCENSO Cuando Díaz de la Garza llega a Tampico el periódico “El Mundo” era el de mayor influencia en todo el noreste de México. Era uno de los decanos del periodismo nacional, solamente superado por Excelsior y el Dictamen de Veracruz. Catorce años tuvo que esperar don Rubén para hacer realidad su proyecto de dirigir el periódico más influyente de Tamaulipas y el norte de Veracruz. En 1969 los trabajadores de “El Mundo” se van a la huelga en protesta por el trato que les daba el argentino Mauricio Bercún. No duró ni un año la huelga, pero don Rubén ya no permitió que su periódico volviera al segundo lugar. Se posicionó fuertemente en el ánimo del público, sobre todo porque la cadena de García Valseca había introducido el novedoso sistema offset a todo color. Así pues son ya 38 años en los que mantiene su absoluto liderazgo “El Sol de Tampico” y en ese periodo nuestro personaje tuvo a su cargo una dirección regional de la OEM que incluía la coordinación de periódicos en Nuevo León, Veracruz y Puebla. Solamente en los setenta se puso en peligro la hegemonía del Sol como líder de opinión en la región. Apareció “El Heraldo de Tampico” con Mauricio Bercún al frente. Mañoso como siempre fue, el argentino empezó a impactar en la sociedad con leyendas que decían, nuestra venta de ayer: tres mil periódicos. Así siguió elevando la leyenda con supuestas ventas diarias de cinco mil, de diez mil, de quince mil, de veinte mil y más. Por eso “El Sol de Tampico” respondió con la siguiente leyenda: Nosotros no recurrimos a cifras imaginarias para anunciar a nuestra circulación, pero vendemos cinco veces más que otro cualquier periódico. Bercún volvió con su trato altanero y despótico en contra de sus trabajadores y nuevamente sufrió la colocación de las banderas rojinegras. El camino quedo despejado. El Diario de Tampico se fundó a principios de los noventa, pero no le ha hecho mella a la gran circulación del periódico de la Organización Editorial Mexicana (OEM). A PUNTO DE UNA HUELGA A principios de los setenta, “El Sol de Tampico” tuvo la amenaza de irse a una huelga, pero las influencias del coronel García Valseca impidieron que se llevara adelante la suspensión de actividades. Tras esa amenaza, aparentemente todo ha sido fácil para Díaz de la Garza, desde su entrada al Porvenir de Monterrey, hasta su paso por Chihuahua, la confianza que tuvo en él García Valseca y la confirmación de su puesto por parte de don Mario Vázquez Raña, quien dicho sea de paso no le ha querido conceder la jubilación por la gran estima que le tiene. Lejos, muy lejos están los recuerdos del trabajador de ferrocarril, de aquel Rubén a secas que tal vez nunca pensó cambiar la máquina del ferrocarril por la máquina impresora de periódicos. El hombre es una leyenda viviente del periodismo. No hay duda.
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