Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
17 de diciembre, 2009
Otorgar mas poder a los ciudadanos. Esa es la clave de la propuesta de reforma política que enviará al Congreso el Presidente Calderón. Y es precisamente en ese punto en donde, con toda seguridad, van a chocar el Ejecutivo y el legislativo. La razón es simple: Diputados y senadores, así como dirigentes de partidos, quieren darse más poder a ellos mismos, no a la sociedad. Ahí no habrá acuerdo. Desde el martes 15 en la mañana, cuando Calderón dio a conocer el contenido de su propuesta, hubo reacciones. Uno de los políticos que más se metió en el análisis rápido del “decálogo”, lo fue el priista Manlio Fabio Beltrones. De entrada, Beltrones le dijo a Calderón que en este momento hay en el país, reformas más urgentes, como la fiscal. Pero en forma rápida, el líder tricolor del senado, dijo hay unas cuantas coincidencias en lo que propone el Presidente y lo que piensa el PRI. Dijo que su partido podría estar de acuerdo con la reelección legislativa y municipal, también con hacer menor el número de diputados y senadores, asi como con ampliar los márgenes de rendición de cuantas en distintos ordenes del poder. El tema de candidaturas independientes y segunda vuelta en procesos electorales, va a ser, entre otros, y lo pronosticamos, el punto de quiebre. Al PRI no le convienen esos puntos por nada del mundo. Y no le convienen, sencillamente porque es ahí donde los políticos pierden poder y lo ganan los ciudadanos. El PAN tendrá la obligación moral de apoyar la iniciativa presidencial. Los perredistas, tan solo por venir de quien viene, le harán el feo. Y los partidos chiquitos, se sentirán profundamente aludidos en el punto de querer aumentar el porcentaje de votos para conservar su registro. Hacer observaciones “parciales o totales” al presupuesto federal de cada año, una vez aprobado por el congreso, es una propuesta que de igual modo van a reventar con facilidad. El querer enviar dos iniciativas de ley al empezar cada periodo legislativo, y de no ser votadas al final, se convertirían en leyes, será tomado como una intentona de intervención en el poder legislativo. Tampoco va a ser aceptada. El tener un congreso en contra será un problema para Calderón. No bastan las buenas intenciones. El inicio del 2010, será difícil para el Presidente.