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2 de noviembre, 2009

Terminó el show. La Ley de Ingresos que se aprobó en el Senado es prácticamente la misma que se había votado en San Lázaro. Así de fácil. Los senadores priistas se pasaron una semana pretendiendo hacer creer a la opinión publica que preparaban cambios y propuestas que irían en beneficio de contribuyentes cautivos. Y no. Una vez más, nos engañaron. Los impuestos en México son una carga fiscal inequitativa. Y así seguirá siendo, porque nuestros legisladores fueron incapaces de proponer alguna formula que lograra hacer pagar impuestos a quien generalmente no los paga. Está claro que al no lograr eso, prefirieron seguir cargándole la mano a quienes siempre aportan tributaciones. ¿Dónde quedó el Beltrones, que engallado, anunciaba una rebelión priista en el senado? ¿Qué queda del dirigente panista, Cesar Nava, que declaró que lo votado no era del agrado de los del PAN, sino más bien producto de un acuerdo PRI-Hacienda? Panistas no votan en contra. Priistas se abstienen cobardemente. En ambos casos, está más que claro que los senadores, como en su momento lo hicieron los diputados, obedecieron más a la jerarquía de su partido, que a sus convicciones personales. Y además, se pasaron por el arco del triunfo a la voluntad popular. No había diputado o senador que no estuviera enterado de lo que la gente del pueblo, la sociedad en general, pensaba a cerca de esa propuesta de ingresos. El consenso era general. Había un rechazo total. De eso estaban concientes, pues no son tontos. Pero tal parece que les valió. Se olvidaron de sus representados. Ignoraron a todos a quienes se deben, los que los llevaron al poder. Simplemente obedecieron mansamente una orden. Y el pueblo, que se friegue. PRI y PAN, los demás no cuentan, vieron pasar la oportunidad de servir realmente a los intereses del electorado. Y como sucedió hace años, cuando nos ensartaron un aumento al IVA del 10 al 15 por ciento, y que fue festejado con aquel burdo y corriente ademán de Roque Villanueva, hoy nuevamente nos la hacen. La diputada panista Beatriz Zavala se equivocó al calificar la actitud de los senadores priistas frente al paquete fiscal, diciendo que actuaron “cobarde y mariconamente”. Si, se equivocó porque esa calificación, era para TODOS, no solo para los del PRI. Y en descargo de la numerosa comunidad homosexual, que pudiera sentirse ofendida por ser comparada con los legisladores, cabe aclarar que decir “no seas maricón”, equivale a “no seas miedoso”, “no seas coyón”, “no le saques”. Y nuestros diputados y senadores, priistas y panistas, aparte de cobardes, fueron miedosos, coyones y zacatones.
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