Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
26 de septiembre, 2009
Padres de familia y maestros de la primaria “Nueva Creación” de la colonia Nuevo México (Itavu) de Reynosa, están solicitando el auxilio de personas o asociaciones filantrópicas, para reconstruir la débil estructura de madera de cuatro salones que casi fueron arrasados con los vientos y el aguacero del pasado martes. El frente frío número 2, con sus rachas de vientos, provocó que todo el techo de madera y láminas se despendiera y quedara totalmente dañado, aunque afortunadamente el Ayuntamiento, a través de las Secretaría de Desarrollo Social, respondió favorablemente el jueves por la tarde, proporcionándoles láminas más gruesas y polines de madera. Mirna Xochihua Pérez, presidenta del Comité de la Mesa Directiva de la paupérrima e improvisada escuela, dijo que “lo que sea es bueno, los niños merecen algo mejor y en estos momentos lo que necesitamos son hojas de triplay para reforzar las paredes y ventanas”. Desde el pasado martes los 89 niños que toman sus clases en aulas construidas con desechos de diferentes materiales, no han recibido su instrucción escolar porque todavía no se termina con las reparaciones que hacen los propios padres de familia. Esta primaria, levantada con el esfuerzo de la comunidad, es la única en varios kilómetros a la redonda. La colonia Nuevo México es de muy difícil acceso, pues las lluvias provocaron que las dos principales entradas estén convertidas en lodazales y el ingreso solo es posible en autobuses o en camionetas de doble tracción. Estos terrenos facilitados por el ITAVU a cientos de familias se localizan al poniente de la ciudad, muy cerca de la colonia San Valentín, pero sin comunicación entre ambas. Un padre de familia comentó que el día del aguacero estuvo a punto de ocurrir una tragedia, pues el viento arrancó todo el techo y un cable eléctrico del alumbrado público se reventó y fue a dar con su carga de energía eléctrica a los salones. Afortunadamente, las maestras y los mismos padres de familia ya habían evacuado a los 84 niños, cuando el cielo comenzó a oscurecerse y crear un ominoso panorama.