Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
12 de septiembre, 2009
La clase trabajadora cetemista pide a los diputados federales no aprobar el paquete fiscal enviado a la Cámara Baja por el Presidente Calderón, ya que los nuevos impuestos propuestos lesionan la ya de por si raquítica economía de las familias obreras, declaró Cristino Hernández Esparza. Entrevistado para Reporteros en la Red, el Presidente de la Comision Interina de la Federacion Cetemista fue claro en sus declaraciones sobre la posición de ese sector del PRI: “Rechazamos cualquier nuevo impuesto, porque lesiona la economía de nuestros representados”, señaló. Dijo que gravar con el 2 por ciento al consumo incluídos los alimentos y medicinas fue la peor propuesta que pudo hacer el presidente Calderón y el gremio cetemista manifiesta su abierto rechazo a esta política fiscal que el Ejecutivo Federal pretende que el Congreso le apruebe. Hernández Esparza comentó que de por si la economía de las familias obreras estaba ya muy deteriorada por el alza a productos básicos y gasolinas, la propuesta de imponer nuevos impuestos, motivaría un nuevo incremento en cascada de todos los productos y servicios. El líder obrero también habló sobre el impuesto a las telecomunicaciones como la TV por cable, el internet, la telefonía celular y el teléfono fijo. En el caso del internet y del celular, dijo que son servicios que ya no representan un lujo sino una necesidad y también se declaró en contra de estos impuestos que según son para obtener recursos para la clase pobre. Recordó que en las recientes campañas políticas los ahora diputados federales priístas, se comprometieron a no aprobar ningún nuevo impuesto que lesionara la economía de las familias. “Por eso quienes votamos por ellos pedimos a los diputados federales no aprobar el paquete fiscal enviado al Congreso por el Presidente Calderón”, expuso. Dijo por último que los tres años del actual presidente Felipe Calderón, han sido de pura carestía, y falta de empleo por lo que un seis de calificación a su política económica le quedaba muy grande por parte del sufrido sector obrero.