Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
4 de agosto, 2025
La sequía prolongada que golpea al norte de Tamaulipas no sólo está devastando los cultivos de temporal, también está asfixiando financieramente a los productores agrícolas, muchos de los cuales se han visto obligados a endeudarse, rentar sus tierras o malbaratar maquinaria para poder mantenerse activos.
Así lo advirtió Raúl García Vallejo, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, quien afirmó que los efectos del cambio climático están dejando una huella cada vez más profunda en el campo tamaulipeco. “La falta de agua está provocando pérdidas enormes. Muchos campesinos están vendiendo su maquinaria, rentando sus parcelas o recurriendo a préstamos para sobrevivir. El campo ya no da para más y, para colmo, no hay respaldo del gobierno”, reclamó. García Vallejo precisó que la siembra de sorgo, maíz, trigo y otros cultivos de temporal se encuentra gravemente afectada en regiones como el Valle de San Fernando y otros municipios del norte, donde no existen sistemas de riego y todo depende de la lluvia.
Aunque en algunas zonas del centro y sur del estado ha llovido, en el norte el panorama es crítico: sin agua, sin apoyos y con precios de comercialización por debajo del costo de producción.
“Un ejemplo claro es el sorgo: se está vendiendo por debajo de los 4 mil pesos por tonelada, cuando los costos superan los 6 mil. Así no se puede vivir ni sostener una actividad productiva”, lamentó.
El dirigente campesino denunció que los costos de producción siguen en aumento: preparación de tierra, compra de semilla, fertilizantes, plaguicidas y combustibles, mientras los ingresos disminuyen.
“Ya no se gana, se pierde. Muchos productores se están saliendo de la actividad porque no es rentable. Lo peor es que no hay ninguna política pública eficaz que respalde al campesinado”, añadió.
Finalmente, García Vallejo hizo un llamado urgente a las autoridades estatales y federales para que se implementen programas de apoyo emergente para evitar una mayor deserción del campo y la pérdida de capacidad productiva del estado.