Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
20 de julio, 2025
Aunque el impuesto a las remesas aprobado en Estados Unidos afectará el consumo interno en México, su impacto no será tan severo como lo ha estimado la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), advirtió el economista y profesor investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Jorge Lera Mejía.
En respuesta a los cálculos de esta organización, que proyecta una caída del 25 por ciento en el consumo nacional, el también investigador del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt calificó esa cifra como exagerada y explicó que el efecto real será más moderado, aunque no por ello despreciable.
Lera Mejía, contextualizó que el impuesto aprobado por el gobierno de Estados Unidos es del 1.5 por ciento y se aplica únicamente a las remesas enviadas en efectivo, que representan menos del 5 por ciento del total.
El 95 por ciento de las transferencias se realiza electrónicamente y no está sujeta a ese gravamen. Por tanto, el alcance fiscal directo es limitado. Lo que sí ha generado mayor preocupación, explicó, es el clima de miedo por las redadas migratorias masivas que han llevado a muchos trabajadores mexicanos a abandonar sus empleos o incluso a auto-deportarse. “Más allá del impuesto, el temor ha sido el verdadero detonante de la caída en los envíos.
En ciudades como Los Ángeles, Chicago, Nueva York y Atlanta se han vulnerado derechos humanos de forma sistemática”, sostuvo.
Este escenario ha comenzado a reflejarse en las cifras. Tan solo en abril, las remesas disminuyeron 3.5 por ciento y en mayo la caída fue del 4.5 por ciento, una tendencia que, advirtió, podría mantenerse durante el resto de 2025. Tamaulipas no ha quedado exento.
Según sus estimaciones, el estado pasó de recibir mil 100 millones de dólares a una proyección menor a los 900 millones, una baja que afecta directamente a miles de familias en zonas urbanas y rurales como Tula, Reynosa, Tampico, Ciudad Victoria y la frontera.
Sobre las medidas anunciadas por el gobierno mexicano, como reembolsar el 1.5 por ciento del impuesto a través de la Tarjeta del Bienestar, Lera Mejía advirtió que este subsidio podría tener efectos regresivos, ya que se financiaría con recursos del erario, es decir, con impuestos de toda la población, incluyendo a quienes no tienen familiares en el extranjero ni reciben remesas.
“El Estado recauda el impuesto y luego lo devuelve, pero ese dinero proviene del presupuesto general. Se trata de una redistribución forzada e ineficiente, que no corrige el problema de fondo: la existencia del impuesto”, puntualizó.
A ello se suma una preocupación adicional: si bien el subsidio solo aplicaría a las remesas en efectivo —las menos comunes—, existe incertidumbre sobre posibles restricciones o bloqueos desde Estados Unidos a las transferencias hechas a través del Banco del Bienestar, lo que pondría en riesgo la viabilidad del mecanismo compensatorio.
En suma, para Jorge Lera el impacto económico es real pero no catastrófico. Lo más preocupante no es el monto del impuesto, sino el ambiente hostil hacia los migrantes mexicanos que sostiene esta política, y que ya empieza a reflejarse en los bolsillos de millones de familias dependientes de las remesas.