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29 de octubre, 2024

 Si es complicado para la autoridad municipal, cubrir a plenitud las exigencias ciudadanas en el rubro de los servicios públicos mucho más difícil es cumplir en el renglón educativo. Se destaca que la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Cantú Rosas, haya construído con fondos del Ayuntamiento, una preparatoria.

 El gesto es de aplaudirse.

 Los escépticos dirán Nuevo Laredo tiene un presupuesto de miles de millones de pesos. 

 Y es cierto.

 Manejan como ningún otro ayuntamiento, fondos para los requerimentos de la ciudad.

 Lo relevante de la acción es que el equipamiento y las construcciones de preparatorias es facultad de otras instancias del gobierno estatal.

 Como la Secretaría de Educación de Tamaulipas que se ha visto muy lenta ante la creciente demanda escolar en la educación media.

 A pesar de ello, el Cabildo nuevolaredense mostró interés en involucrarse en mejorar la calidad de la infraestructura, para estudiantes en situación de vulnerabilidad.

 De esa forma se amplirá la matricula de jóvenes en el nivel preparatoriano de la ciudad.

 Pocos Ayuntamientos pueden darse esos lujos. Ni Matamoros ni Altamira que cuentan con presupuestos similares a los de Nuevo Laredo, han tenido esos alcances. Y no es por la falta de fondos; es probablemente la falta de compromiso con la educación y con sus conciudadanos lo que ha hecho la diferencia.

 Hay proyectos educativos apuntalados por los Ayuntamientos como el de Río Bravo, patrocinó la Preparatoria Pueblo de Río Bravo con fondos; por muchos años se dio ese fenómeno.

 Pero no entregó los espacios en donde se educaban. Era obvio: resultaba más costoso para los ediles un edificio, que una pequeña cuota que les garantizaba una adhesión de los estudiantes.

 El caso de Nuevo Laredo, es la excepción de los presidentes municipales de Tamaulipas. 

 Es un ejemplo que debiera cundir.

 Es achicar la capacidad de escamotear los dineros públicos para inyectarlos a la educación.

 Nuevo Laredo ya demostró que sí se puede.

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