Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de julio, 2009
Con sus casi 13 millones de votos. Sus 184 distritos ganados. Sus 237 legisladores, sumando ya a los pluris. Y hasta con los 22 escaños del verde, el PRI se prepara para llevar mano en la cámara baja. Y desde ya, envía señales y mensajes, al Presidente, a los panistas y a la sociedad en general. Por lo pronto, uno de los hombres fuertes del priismo, Manlio Fabio Beltrones, su coordinador en el senado, le advierte a la Secretará de Hacienda que el gobierno federal deberá escoger entre la vigencia del llamado Impuesto Empresarial de Tasa Única (el famoso IETU), o el Impuesto Sobre la Renta (el ISR). Argumenta que su partido no permitirá que el gobierno de Calderón mantenga la aplicación de dos gravámenes ante la crisis económica que enfrenta nuestro país. Que bien. Así, de entrada, suena muy bonito. Y además, Beltrones se adelanta y advierte que su bancada nunca aprobará la aplicación del IVA en alimentos y medicinas. Ya encarrilado, dijo que antes de pensar en la posibilidad de una reforma fiscal será necesario realizar una revisión al gasto federal, sobre todo ante la evidencia de dispendios y subejercicios. Órale. Ese era el PRI que queríamos ver. De lado de la gente. Pero de ahí a que sea cierto o que por lo menos se cristalice esa idea, falta un buen. También Beatriz Paredes le entra al quite. Todavía con esa cara que solo da la victoria, dijo que su partido “No aprobará nuevos impuestos y que decidirá el perfil de las reformas pendientes en materias económica, social y del Estado”. Y todavía más: Doña Bety ya está chambeando: dice que entre las prioridades de su bancada, está la creación de una nueva Ley de Emergencia Económica, con la que pretenden paliar los efectos de la crisis y el desempleo. Otra vez: Se oye bonito. Háganlo, señores priistas. Háganlo, pues hoy serán ustedes los que marquen el rumbo económico de este país. Es su gran oportunidad. Y de paso, les doy la clave para que todo México les reconozca y se les entregue. Y les crea: Propongan ustedes mismos una súper rebaja en sus salarios. O, es más: La desaparición de los salarios a legisladores. Esa si sería una volada de barda. Les aseguro que regresan a Los Pinos.