Con todo el Poder de la Información

Luis Alonso Vásquez

Dirección General

Martha Isabel Alvarado

Sub Dirección General

Logotipo Reportes en la Red
El Partenón
Alberto Guerra Salazar

Al mal tiempo, buena Feria 2025

Alberto Guerra Salazar

José Inés Figueroa

El primer buscador

José Inés Figueroa

Arnoldo García

Acusaciones

Arnoldo García

Reynosa

El desequilibrio y la inestabilidad

José Ángel Solorio

26 de enero, 2011

 

 En el gobierno de Américo Villarreal Guerra, tuve la oportunidad de platicar con Ernesto Guajardo Maldonado. Era en ese entonces, dirigente de la CNC, líder del CDE del PRI y representante de la mayoría priista en el Congreso de Tamaulipas. Concentraba su persona, como se ve, una buena parte de los espacios de autoridad de la entidad en esos tiempos.
 Egresado de la Escuela de agricultura de Chapingo, no era un improvisado en política. Conocía, al dedillo el funcionamiento del sistema político mexicano, que casi monolítico por esas fechas, bien podía ser descrito como algunos años después lo haría Vargas Llosa: la dictadura perfecta.
 Con tan manifiesta muestra de poder, le pregunté un día en sus oficinas de diputado:
 -¿Porqué diputado, teniendo tanta capacidad de definir asuntos de política no has acomodado en la estructura gubernamental a tus hermanos?..
 (Ernesto Guajardo Maldonado era, es, parte de una estirpe política muy extensa en el centro de Tamaulipas. En esa época todavía vivía su padre un relevante educador con notable influencia en la burocracia magisterial).
 Me contestó con una frase lapidaria, contundente:
 -Por equilibrio. Por equilibrio.
  Con apenas un corto tiempo como observador de la política tamaulipeca, repliqué tímidamente; o más bien ingenuamente:
 -¿Cómo…?
 Inhaló con descomunal placer su cigarrillo, se acomodó el cuello de su guayabera y me ilustró con su educada voz de orador de los años setentas:
 -La estructura de gobierno no es para una sola familia. La estructura de gobierno representa a grupos políticos, sociales y económicos. Cada lugar de los gobiernos, se puede decir, tiene nombre porque la política así lo dispone. Una familia no puede tener sobrerrepresentación en los gobiernos; eso crea desequilibrios políticos. Eso crea enfado en alguna gente.
 Es probable que Guajardo Maldonado haya sido un político del nacionalismo revolucionario. Educado en la vieja escuela del portesgilismo, que tuvo como su principal herramienta política la gobernabilidad, fue un cuadro eficiente en sus responsabilidades institucionales. Aquella opinión que me regaló hace tiempo, hoy podría verse desfasada. Pero no por antigua, debe ser desechada o debe ser vista como un anacronismo. Los instrumentos de la política real, hace décadas son similares. 
 El evento, viene al cuento por que el gabinetazo tiene en su haber a dos hermanos de origen matamorense. ¿A qué poderoso grupo político representan? Porque ni el vigoroso afluente político de los médicos que incorporaron a la campaña de Rodolfo Torre Cantú, miles de horas de trabajo y esfuerzo, fueron recompensados en forma tal. 
 Y no se diga al sólido gremio magisterial que tuvo que amagar con el rompimiento con las instituciones para apenas alcanzar algunas posiciones de mediana importancia. Con todo y que miles de profesores con Cecilia Robles al frente, sudaron la camiseta del PRI para hacer gobernador a Rodolfo Torre.
 Habrá que esperar más estallidos. O exabruptos, si se quiere. El desequilibrio político, sólo puede acarrear inestabilidad.

 En el gobierno de Américo Villarreal Guerra, tuve la oportunidad de platicar con Ernesto Guajardo Maldonado. Era en ese entonces, dirigente de la CNC, líder del CDE del PRI y representante de la mayoría priista en el Congreso de Tamaulipas. Concentraba su persona, como se ve, una buena parte de los espacios de autoridad de la entidad en esos tiempos.

 Egresado de la Escuela de agricultura de Chapingo, no era un improvisado en política. Conocía, al dedillo el funcionamiento del sistema político mexicano, que casi monolítico por esas fechas, bien podía ser descrito como algunos años después lo haría Vargas Llosa: la dictadura perfecta.

 Con tan manifiesta muestra de poder, le pregunté un día en sus oficinas de diputado:

 -¿Porqué diputado, teniendo tanta capacidad de definir asuntos de política no has acomodado en la estructura gubernamental a tus hermanos?..

 (Ernesto Guajardo Maldonado era, es, parte de una estirpe política muy extensa en el centro de Tamaulipas. En esa época todavía vivía su padre un relevante educador con notable influencia en la burocracia magisterial).

 Me contestó con una frase lapidaria, contundente:

 -Por equilibrio. Por equilibrio.

  Con apenas un corto tiempo como observador de la política tamaulipeca, repliqué tímidamente; o más bien ingenuamente:

 -¿Cómo…?

 Inhaló con descomunal placer su cigarrillo, se acomodó el cuello de su guayabera y me ilustró con su educada voz de orador de los años setentas:

 -La estructura de gobierno no es para una sola familia. La estructura de gobierno representa a grupos políticos, sociales y económicos. Cada lugar de los gobiernos, se puede decir, tiene nombre porque la política así lo dispone. Una familia no puede tener sobrerrepresentación en los gobiernos; eso crea desequilibrios políticos. Eso crea enfado en alguna gente.

 Es probable que Guajardo Maldonado haya sido un político del nacionalismo revolucionario. Educado en la vieja escuela del portesgilismo, que tuvo como su principal herramienta política la gobernabilidad, fue un cuadro eficiente en sus responsabilidades institucionales. Aquella opinión que me regaló hace tiempo, hoy podría verse desfasada. Pero no por antigua, debe ser desechada o debe ser vista como un anacronismo. Los instrumentos de la política real, hace décadas son similares. 

 El evento, viene al cuento por que el gabinetazo tiene en su haber a dos hermanos de origen matamorense. ¿A qué poderoso grupo político representan? Porque ni el vigoroso afluente político de los médicos que incorporaron a la campaña de Rodolfo Torre Cantú, miles de horas de trabajo y esfuerzo, fueron recompensados en forma tal. 

 Y no se diga al sólido gremio magisterial que tuvo que amagar con el rompimiento con las instituciones para apenas alcanzar algunas posiciones de mediana importancia. Con todo y que miles de profesores con Cecilia Robles al frente, sudaron la camiseta del PRI para hacer gobernador a Rodolfo Torre.

 Habrá que esperar más estallidos. O exabruptos, si se quiere. El desequilibrio político, sólo puede acarrear inestabilidad.

 

Más artículos de José Ángel Solorio
El Partenón
Martha Isabel Alvarado

¿Así o más veloces?

Martha Isabel Alvarado

José Luis B. Garza

La frontera, un tercer país

José Luis B. Garza

Carlos López Arriaga

CDV: adiós al blindaje

Carlos López Arriaga

Clemente Castro

Van contra la impunidad

Clemente Castro