Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
12 de enero, 2011
La desesperación de Oscar Luebbert por salvarse de la avalancha de lodo que se le viene encima, amenaza con arrastrar al pantano de cieno a dos de sus más cercanas colaboradoras de equipo: su esposa Esther Camargo y a su prima Elsa Sánchez. La primera ubicada como regidora en la administración de Everardo Villarreal; la segunda, enfilada a ocupar otro jugoso cargo como promotora cultural (es lo que presume ella ser) en el Parque Cultural de Reynosa.
La regidora Camargo, todavía no enfrenta lo más álgido de la tormenta. Su relevante posición pronto le hará entrar al remolino de dudas y de pillerías que el equipo de su esposo le heredó y por las cuales tendrá que sacar la cara. ¿Qué opinión le merecerán en el Cabildo los temas de PASA y los irregulares manejos del presupuesto municipal que su consorte y sus cómplices ejercieron con tanta impunidad por tres jubilosos (para ellos, claro) años de gobierno?
¿Con qué argumentos enfrentará las denuncias sobre centenares de excesos de servidores públicos pasados, en el cuerpo edilicio que seguramente brotarán en las próximas sesiones de esa autoridad?
Conocemos de la vertical conducta de la licenciada Camargo. Pero las olas que su marido generó en el gigantesco estanque de inmundicia en donde flotó por algún tiempo, ya llegan al cuello de la regidora.
Otra mala noticia para los luebbertianos: aún falta lo peor.
Los diputados locales, reynosenses y no, ya afinan sus baterías en el Congreso de Tamaulipas para destapar las cañerías que Luebbert y socios, obstruyeron. En el maltrecho y diezmado, (en el sentido político porque en el económico es uno de los equipos más sólidos del estado) grupo del ex alcalde, se intenta responsabilizar del baño mediático de excremento, a las áreas de prensa del gobierno del estado; disque para “debilitarlo políticamente e impedir que pueda aspirar a cargos” en el PRI nacional o en Tamaulipas.
Esa interpretación suena fantasiosa. Pero en nuestra política ficción, como decía Salinas, todo puede suceder.
Lo cierto es que la regidora Camargo parece vivir horas de dolorosas contradicciones. Inteligente como lo es, seguramente encontrará el camino de la salvación. Ya lo dijeron los clásicos del pragmatismo:
-La única forma de salvarse de una revolución, es encabezándola…
La promotora cultural Sánchez, (así se autonombra) es otra de las víctimas colaterales del ciclón Luebbert. Desde antes de la inauguración del Parque Cultural Reynosa, la dama, ya le había echado el ojo como para convertirse en la gerente. Es más: a mucha gente ya le ha asegurado que su amiga Libertad García Cabriales, la Directora del Instituto Tamaulipeco de Cultura, ya le ofreció el cargo.
Diputados locales adversarios del ex alcalde Luebbert, muy probablemente en una actitud revanchista, dejaron correr un rumor esta semana en el seno del Congreso: los rubros en donde más debilidades muestran los informes financieros de las cuentas del trienio reynosense pasado, son Cultura y Deporte.
Por una razón: en estas áreas el gobierno federal metió muchos apoyos, que a decir de los detractores del ex alcalde, se canalizaron a otras obras de gobierno, o a bolsillos de funcionarios.
Obvio: la promotora cultural (así gusta que le llamen) Sánchez, desconoce muchas de esas trapacerías porque ella sólo manejó recursos del municipio. Si acaso hay un responsable en este asunto, de ser cierto lo que dicen los adversarios de Luebbert, es el ex Tesorero municipal Raúl Jiménez quien como dijo la periodista Martha Isabel Alvarado, “manejó el áreas de finanzas del Ayuntamiento como un tendajo”. El asunto es que esa ligereza en el manejo de los fondos federales debilita los anhelos de la dama en cuestión. No digo que la inhabilite; digo, que la debilita.
Independientemente de que llegue o no llegue Sánchez a dirigir el PCR, la comunidad artística hace votos y pronuncia rezos para que el dedo mágico señale a otra persona para la seria responsabilidad de conducir, administrar y autofinanciar ese gigante que enorgullece a todos los reynosenses. En lo personal pienso como Reyes Heroles: primero el proyecto y luego el nombre. Seguramente para quienes deciden esos asuntos, les vale un cacahuate lo que piensen los periodistas y decidirán a su modo: primero el nombre, aunque su cerebrito no le de para generar un proyecto.
Por el bien de Reynosa: la (o el) que sea, menos la promotora cultural (así se le debe decir) Sánchez…
Como dicen los artistas locales:
-¡Qué culpa tenemos nosotros!